En vacaciones, no dejes tu rutina de ejercicio • Guapísimas

Salir de vacaciones no tiene por qué ser sinónimo de entrar en modo off. El sedentarismo es malo, también cuando estás descansando. Así que, si durante el año mantienes tu salud cardiovascular con ejercicio, las vacaciones no pueden ser culpables de que lo abandones.

Si vas a la playa, invierte un rato entre la toalla, las olas y el chiringuito para quemar, activar, estirar, tonificar y relajar tu cuerpo.

Para empezar, si normalmente haces siclo o spinning, hazte con una bici y recorre el paseo marítimo de arriba abajo. Si eres de elíptica, seguramente puedas coger un pedaló y recorrer la playa dándole al cuádriceps. También andar o correr, por la orilla del mar… what else?

 

Si habitualmente vas al gimnasio, visualízate en la orilla del mar y ponte en marcha. Eso sí, olvídate del ambiente cerrado de la sala de máquinas y del ruido ensordecedor de la música (supuestamente) motivadora que se suele escuchar allí.

Aquí la brisa del mar, el ruido de las olas y las gaviotas te harán compañía mientras entrenas. ¿Qué puedes hacer? Atenta a estas ideas:

RAQUETAS Y BALONES

Si estás con amigos, monta un partido de palas o de volley playa. Además de pasarlo bien, podrás seguir ejercitando tu corazón y te servirá para quemar los aperitivos, helados y copas de las noches de verano.

PISCINA INFINITA

Si tienes una buena rutina de natación, estás en el mejor sitio para disfrutarla. El mar, con sus suaves corrientes, te ayudará a mantener un buen ritmo y hará que el tiempo que te hayas marcado para nadar pase rápido.

Si te da pereza nadar, busca un amigo y vete a saltar las olas. También es un buen ejercicio, aunque no sea a un ritmo demasiado constante. Para los muslos y los glúteos resulta muy tonificante.

SALUDA AL SOL

Graba el momento en la retina y, cuando de vuelta en la ciudad, en plano invierno, te levantes para hacer yoga (o stretching, Pilates, etc), recuerda este momento en que pudiste hacerlo, literalmente, saludando al sol.

Vete a la playa a primera hora, cuando no hay nadie, y haz tus asanas con toda la paz del mundo. Recargarás pilas para todo el año.

Recuerda, si no sabes hacer yoga pero vas a estirar, controlar bien la respiración para un plus de bienestar. Inspira profundamente para oxigenarte en este ambiente rico en sales minerales que tanto deseas en los meses que pasas en la ciudad. Eso sí, ¡ojo con el sol! Aunque sea pronto por la mañana, aplícate fotoprotector.

CAMINAR SIN PARAR

¿Ves más factible una buena caminata por la orilla? Pues ¡adelante! Es fácil, pero muy efectivo. Los muslos se ven tonificados, tus pies relajados… Si caminas dentro del mar, supondrá una mayor resistencia que no hará más que beneficiar tu circulación y, por lo tanto, el estado de tu celulitis.

Camina rápido, a un ritmo que te permita hablar pero te cueste esfuerzo. Lo ideal es que rompas a sudar. Si llevas tu pulsera fitbit (o similar), no des la vuelta hasta que lleves, mínimo, 4000 pasos.

Aunque caminar por la arena seca puede suponer un esfuerzo de lo más rentable, te recomendamos que lo hagas por la arena mojada porque, al ser más fácil, te permitirá permanecer más tiempo caminando. Además, el roce del agua en tus pies y tobillos es un auténtico tratamiento de belleza corporal.

¿Sabías que en una caminata de diez minutos por la arena de la playa se hace el mismo ejercicio que andando por la calle veinte minutos?