Beauty victims, locas por el karité • Guapísimas

Lo que coloquialmente llamamos karité (que en inglés se llama shea butter y en francés beurre de karité) es una manteca de origen vegetal que procede de los frutos del árbol karité o vitellaria paradoxa de la sabana africana occidental.

En África, karité significa “árbol de mantequilla” y allí se considera un árbol sagrado. De sus frutos viven 300.000 mujeres en Burkina Faso, sobre todo para la venta local. Mil trescientas de ellas forman parte de una cooperativa que lo exporta a Occidente.

En concreto, lo exportan a la peluquería Henna Morena. “La cooperativa de mujeres de Burkina Faso nos provee de esta manteca ecológica y 100% pura con certificado Ecocert”, cuenta Sandra Vivancos, propietaria de Henna Morena.

Hablemos del karité

Además de ser un ingrediente que asegura una correcta hidratación (como ningún otro ingrediente consigue en las pieles más secas), su mayor virtud es que es polivalente. De su capacidad de hidratación hablaremos más adelante.

Ahora, descubramos por qué la verdaderas beauty victims lo idolatran. Vivancos elucubra: “Imagina que solo pudieras llevarte un producto de cosmética a una isla desierta. Que sirviera para piel y cabello, como bálsamo para después del sol, que rehidratara una piel castigada y favoreciera la regeneración cutánea. ¿Cuál te llevarías? En Henna Morena recomendamos, sin dudarlo, el karité”.

Cinco formas de usar manteca de karité

  1. Como hidratante corporal: Trocea la barra de manteca y aplícala en tu cuerpo frotando para darle calor y que penetre bien. Crea una película protectora en tu piel frente a los factores externos como el frío y, a la vez, regenerativa.
  2. Para reparar uñas y cutículas: Cuando estés aplicando el karité sobre tu piel, no hay nada mejor que acabar con un masaje en las manos, para fortalecer uñas y reparar las cutículas.
  3. Como plus en zonas extra-secas: Codos y talones pueden beneficiarse muchísimo si enriqueces tu crema corporal con un poco de esta manteca. Puedes deshacer el karité con calor hasta que se transforme en aceite para incorporarlo mejor.
  4. Para ganar densidad en tus pestañas: Impregna un bastoncillo con un poco de karité fundido y peina tus pestañas una vez a la semana. ¡Sí, sí lo has leído bien! Es un gran tratamiento fortalecedor.
  5. Mascarilla para el cabello: Melenas muy secas o estropeadas por el sol, el cloro, el salitre o el viento, os presentamos a vuestro aliado. Derrítelo al baño maría hasta conseguir un aceite. Si quieres, añádele algún aceite de primera prensada en frío. Viértelo tibio sobre la melena, envuelve tu cabello en un turbante y déjalo actuar unas horas. Lávalo en profundidad dos veces.

Las virtudes de la manteca de karité

  • Tiene un gran poder hidratante y reparador.
  • Contiene vitamina E, un antioxidante natural y precursor de vitaminas indispensable en nuestras células y que actúa contra el envejecimiento de la piel.
  • Potencia la creación de queratina en el cabello, las uñas y la piel.
  • Sus ácidos grasos Omega 3 y 6 protegen las células de la epidermis, mejorando la elasticidad de la piel, dejándola hidratada, tersa y elástica desde la primera aplicación.

El experto opina

Raquel Marcos, química y autora del blog “Cosmética y Ciencia”, @cosciencia en redes, lo elige como uno de sus tres ingredientes hidratantes favoritos, junto al pantenol y a la niacinamida.

“La manteca de karité es un ingrediente muy oclusivo dentro de los ingredientes de origen natural (o, más bien, vegetal) y además no es comedogénico. Sería como el petrolatum, pero de origen vegetal.

La podemos encontrar en las fórmulas cosméticas como manteca 100% pura (shea butter o Butyrospermum Parkii (Shea) Butter) o formulado con otros ingredientes.

En uñas, manos, pies y labios va genial usar solo la manteca, mientras que en el rostro lo mejor es que forme parte de la fórmula. A mí me gusta usarla, sobre todo, como tratamiento nocturno (de nutrición intensiva) o de día en épocas donde bajan las temperaturas”.