A simple vista, el surf es una filosofía de vida buenrollista con playas paradisíacas, atardeceres infinitos y gente feliz. La visión prototípica de la pareja surfera, perfectamente bronceada y con silueta escultural hace el resto.
Pero el surf es algo más. Resistencia física, elasticidad, equilibrio, desconexión mental… Si alguna vez has hecho surf, sabes de sobra todo lo que salir a coger olas puede hacer por ti.
Beneficios de hacer surf
El surf aporta numerosos beneficios cuerpo-mente.
- Desde el punto de vista físico, es de los deportes más completos que existen. Así lo afirman los expertos en la materia: “Contribuye a muscular todo el cuerpo, en especial brazos, espalda y piernas“, señala María Santana, monitora de la escuela Kailua Fuerteventura Surf School (Corralejo, Fuerteventura).
- De igual forma, ayuda a conseguir una mayor resistencia aeróbica. Según David García, responsable de la Escuela Cántabra de Surf (Somo, Cantabria) y ex campeón de España, “con el surf se trabaja el core, los hombros, los tríceps y la espalda gracias al movimiento de la remada, además de ser de gran ayuda para aumentar la capacidad pulmonar al coger aire entre ola y ola“.
Desvelado parte del secreto físico de los surfistas, podría parecer que es un deporte solo al alcance de unos cuantos cuerpos de infarto de melena rubia. Nada más lejos de la realidad:
El surf puede practicarse desde los 6 hasta los 75 años de edad. Además, las escuelas han acercado esta actividad a la gente corriente ya que cualquier persona que tenga un trabajo normal de 9.00 a 18.00h puede practicar surf sin dedicar toda la vida en ello“ (Iñigo Jiménez, monitor de la escuela 9 Pies de El Palmar, Cádiz).
En el plano mental, el surf también es un deporte que suma. Estimula la producción de endorfinas, o la conocida hormona de la felicidad, al tratarse de un deporte practicado en el mar.
La relajación mental, la elevada concentración o la increíble sensación de bienestar tras una sesión de surf no tiene igual. Quien lo ha probado lo sabe y por eso engancha.
Surfers y surfistas
Y si hay algo en lo que los expertos están de acuerdo es en considerar que hay que diferenciar entre el surfer y el surfista. “El surfer vive por y para el surf y el surfista surfea de vez en cuando, por afición”, señalan Jiménez y García, que aclaran que como los límites los marca cada persona, cualquiera que haga deporte de forma regular y cuente con un estado físico adecuado puede empezar en el surf sin que ello suponga un problema.
Ahora bien, el surf es un deporte complicado que lleva años de práctica y dedicación. En ese sentido, Santaña añade que nunca se termina de dominar por completo. “Todos los días se aprende algo nuevo“, puntualiza.
Por qué el surf engancha
Dicen los expertos consultados que el surf regala momentos mágicos y sensaciones únicas. “Surfear delante de puestas de sol increíbles, rodeado de naturaleza, mientras la mente está concentrada al cien por cien en coger una buena ola, sin pensar en otra cosa, no puede compararse a nada“, reflexiona García.
María Santana añade: “Una vez estás sobre la tabla, encima de la ola en el mar, rodeado de otros surfistas, olvidas todo y solo puedes pensar en ese momento“.
Iñigo Jiménez va más allá al asegurar que “el surf ayuda a tomar decisiones en momento de estrés, además de aportar una perspectiva mental muy completa con la que afrontar los problemas del día a día“.
En paralelo a los beneficios corporales y psíquicos descritos con anterioridad, existe una cultura del surf materializada en negocios específicos, pero también en libros, películas y bandas musicales.
Para dejarte llevar por la ola surfera solo necesitas un fin de semana, unas cuantas clases en una escuela con monitores certificados, elevadas dosis de diversión y muchas ganas de aprender con los mejores. Como dicen los más experimentados… ¡Buena suerte y buenas olas!
