La potomanía o cuando bebes demasiada agua • Guapísimas
Potomania o la obsesión por beber agua
¿Quizá estás bebiendo demasiada agua? - FOTO: Henri Meilhac en Unsplash

La potomanía o cuando bebes demasiada agua

Sin agua no podemos vivir, pero ¿es bueno beber sin sed? Los expertos nos lo aclaran

Es la única bebida que recomienda el plato de Harvard y sin ella no podríamos sobrevivir. Perder tan solo un 2% de agua puede conducir a una deshidratación que afectaría a alguna de nuestras capacidades mentales: concentración, toma de decisiones, anticipación, tiempo de reacción y precisión.

Hay que beber agua para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Esto es lo que hace el agua que bebemos:

  • Ayuda a transportar sustancias nutritivas como las sales, el glucógeno y el oxígeno
  • Contribuye a eliminar sustancias nocivas de los músculos, como el ácido láctico
  • Mantiene nuestras articulaciones flexibles y lubricadas
  • Regula la temperatura de nuestro cuerpo a través de la sudoración
  • Participa en el buen funcionamiento del tracto digestivo, entre otras cosas.

CUÁNTA AGUA HAY QUE BEBER

Desde las consultas de los médicos nos recomiendan que bebamos dos litros de agua. Algunos dicen que tres.

Para ser precisos, no es la recomendación experta beber dos litros de agua, sino consumir dos litros de líquido. El té, el zumo, los alimentos ricos en agua, infusiones, sopas, etc. sumarían en el total. Todo por estar bien hidratado, sobre todo cuando hace calor o hacemos ejercicio. Ahora bien, beber por beber, tampoco. Y nos preguntamos: ¿hay que beber tanta cantidad, aunque no tengamos sed? ¿Puede ser excesiva alguna cantidad? Parece ser que no.

Normalmente, nuestro cuerpo podrá eliminar el exceso de agua que se consuma, siempre que no se tenga ningún problema de riñón o de corazón y no sea una cantidad excesivamente alta.

Cuando hace calor o hacemos ejercicio, es importante beber porque hay que estar siempre en el equilibrio adecuado entre el líquido que ingerimos y el que perdemos.

La doctora Ana Bellón, Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, especializada en Medicina Familiar y Comunitaria, postgrado en nutrición, dietética y dietoterapia en la Universidad de Navarra, nos ayuda a definir ese líquido recomendado diario. Qué beber, cuánto beber y cómo beber.

  1. La cantidad de líquido diario recomendada por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESAN) son entre dos y tres litros al día.
  2. El agua no engorda, es incolora, insabora y acalórica.
  3. El agua tiene varias funciones orgánicas (participa en los procesos fisiológicos de digestión, absorción y eliminación de desechos) pero este trabajo diario no implica almacenaje. Se elimina por el sudor, la orina y otros desechos.
  4. Es bueno tomar agua nada más levantarse porque contribuye a aliviar el estreñimiento. No se recomienda, por otro lado, beber mucho antes de dormir, para no levantarnos varias veces al baño, sobre todo las personas mayores.
  5. Antes de las comidas, sacia. Durante las mismas, igual.
  6. No existe una ingestión máxima tolerable, depende de cada persona y sus circunstancias: peso, estatura y actividad, sobre todo. Los deportistas necesitan mucha más. Pero ¡ojo con pasar de los cuatro o cinco litros! Podemos perjudicar la función renal. Si sobrepasamos esa cifra con creces podríamos entrar en un trastorno psicológico llamado potomanía.
  7. Bebés, deportistas y ancianos están exentos de la norma general en cuanto a los líquidos. Los niños porque no suelen identificar al principio la sensación de sed con la necesidad de agua y debe ser el adulto el encargado de vigilar la ingesta. Los deportistas, por lo arriba citado y los mayores porque, a partir de los 60, disminuye la sensación de sed, aunque no la obligación de mantenerse hidratado.
  8. El líquido también se obtiene a través de los alimentos, en especial de las frutas y verduras. La sandía y la pera son frutas con mucha agua y el apio es una de las verduras más hidratantes.
  9. El agua presente en el cuerpo supone entre el 55% y el 60% del peso corporal. Cuando nacemos, la proporción es del 75% y en la edad adulta se acerca más al 60%. Como el cuerpo no almacena esa agua, las pérdidas de la misma deben ser restituidas.
  10. La sed puede aparecer con sólo una pérdida del 2% de peso líquido corporal. Cesa muy rápido, casi inmediatamente, al beber. Cuando está en el estómago, incluso antes, en la lengua, manda una señal de rehidratación al cerebro, anticipándose a su dilución en la sangre.
  11. El agua total ingerida como tal supone un 28%, idéntica cantidad procede de los alimentos y el 44% de otras bebidas. Ana Bellón recomienda evitar los refrescos azucarados, por su aporte calórico y su contribución a los datos de obesidad, sobre todo infantil. Las bebidas isotónicas, con precaución, por el mismo motivo y también por ser estimulante.

Cuatro factores modifican la necesidad de líquidos: La edad, a más edad, más cantidad se debe beber. La temperatura, a mayor ascenso de los termómetros, más ingesta de líquido se requiere. La función renal, si ésta está alterada habrá que tener especial cuidado con la cantidad a beber. Y, por último, el consumo de ciertos fármacos que modifican y aumentan la necesidad de líquido.

Lleva contigo siempre una botella de agua. Para frenar la contaminación por plástico, procura que sea metálica o de vidrio y rellenable.

botella rellenable

Las botellas Bkr (45€ aprox.) son químicamente inertes, reciclables y no alteran el sabor de los líquidos que contienen.

 

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