¿Qué es la alimentación intuitiva y qué promete a quien lleva a dieta toda su vida? • Guapísimas
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¿Qué es la alimentación intuitiva y qué promete a quien lleva a dieta toda su vida?

Sobre las bases de la nutrición consciente, ayuda a mantener el peso saludable, al tiempo que mejora la relación con la comida y da esquinazo a la cultura de dieta

Si tienes la horrible sensación de haberte pasado media vida a dieta, esto te sonará: Dieta para entrar en el bikini y después dieta post-vacaciones. Dieta pre-navidad y… dieta a comienzo de año.

El ciclo adelgazar-engordar en el que se ven envueltas muchas mujeres a lo largo del año (durante muchos años) hace culpable a la cultura de la dieta de la alta incidencia de grasa visceral, incluso en delgados, que tiene la población general y que pone en riesgo la salud.

Muchos médicos advierten: un sobrepeso sostenido en el tiempo que no sube ni baja es mucho menos nocivo para la salud que el hecho de vivir inmersos en el yoyó. Mucho más cuando este yoyó se vive en ciclos de restricción-atracón que pueden derivar en un trastorno de la conducta alimentaria.

Sin entrar en los trastornos y pensando solo en tantas mujeres que pasan la vida a dieta para darse cuenta que nunca llegan a estar como quieren, cabe fijarse en un concepto que empieza a sonar mucho en redes sociales: la alimentación intuitiva.

¿Qué es la alimentación intuitiva?

Es un concepto que se empezó a usar en los años noventa, acuñado por primera vez por Evelyn Tribole y Elyse Resch, autoras del libro El manual de la dieta intuitiva (Obelisco Ediciones, octubre 2020). En este manual, enseñan a hacerlo, paso a paso, despacio, con ejercicios prácticos.

Es un método muy interesante que se basa en atender las señales corporales. Que escuches a tu cuerpo, que estés pendiente de las sensaciones de hambre, apetito y saciedad, que no hagas dietas restrictivas porque no sirven para nada a largo plazo”.

Así lo expresa Victoria Lozada, dietista-nutricionista, con Máster en Trastornos de la Conducta Alimentaria y la Obesidad, autora de, entre otros libros, Por qué comes como comes (Plataforma Editorial, 2020), que defiende este método que toma en consideración tus emociones, tu contexto y tu realidad social.

“Busca hacer las paces con tu forma de alimentarte, dejar la mentalidad de dieta y empezar a comer de forma amable y honrar las señales que envía tu cuerpo, a las que dejaste de atender por culpa de la cultura de la dieta”.

Te sonará, porque ya hemos hablado en otras ocasiones de la alimentación consciente (o mindful eating). Esta disciplina, que bebe del mindfulness, te enseña a comer con atención plena, percibiendo lo que estás sintiendo, lo que saboreas, permitiéndote comer más si lo necesitas. “Conectan porque ambas se asientan en las bases del permiso incondicional, aceptación radical y autocompasión”, apunta Lozada.

¿Para quién está pensada la alimentación intuitiva?

Aunque es una forma de alimentarse que puede beneficiarnos a todos, no puede practicarse en todos los momentos de la vida. Confiar en la propia intuición no es seguro en depende qué situación te encuentres con relación a la comida.

Por ejemplo, sostiene Victoria Lozada, alguien que haya hecho mil dietas, está totalmente desconectada de las sensaciones de hambre, apetito y saciedad. Entendemos por ello que se refiere a quien solo sabe contar calorías, negarse cosas, pasar hambre… “Si pretende hacer alimentación intuitiva le va a costar muchísimo”.

Tampoco esta experta lo recomendaría a nadie con un TCA ni con depresión u otro problema mental porque, en ese momento, es preferible un plan con estructura, antes de empezar a seguir las meras señales corporales que, en ese momento, pueden no tener mucho sentido.

Sobre todo, es muy recomendable para quien esté cansado del dietismo crónico y quien quiera una buena educación alimentaria porque realmente te enseña a comer. También es adecuado para personas muy controladoras e inflexibles”.

Ahora bien, cabe dejar claro que para que sea realmente eficaz hay que llevarlo a cabo desde la aceptación, no otra vez desde la imposición para perder peso.

En busca del consenso

Dicho y redicho que no es un plan que se haga como nueva fórmula mágica para adelgazar, hay que tener en cuenta que no a todos les funcionará. Quienes se estén entrenando para no dejarse arrasar por el comer emocional, quizá tienen que esperar para intentarlo. Así lo ven ciertos dietistas nutricionistas:

“Al dejar de lado lo que dice la cabeza, que se identifica más con el hambre emocional, me resulta incompleto. Pero es bastante útil para responder de forma correcta al hambre físico porque deja que te guíes por lo que necesita tu cuerpo, sin contar calorías, gramajes, casi sin horarios…”, explica Guillermo V. Rodríguez, dietista-nutricionista y vicedecano del Colegio Oficial de dietistas nutricionistas de Madrid.

Alimentación intuitiva para quien come compulsivamente, ¿sí o no?

Los psicólogos alertan de la importancia de que cualquiera se eche en brazos de la alimentación intuitiva que, dependiendo el momento emocional que se esté viviendo, puede ser más perjudicial que beneficioso a nivel conductual.

Verónica Sarriá, psicóloga máster en Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad, directora del centro Napa Psicología en Madrid, lo observa de esta manera:

“Considero que la alimentación intuitiva es el objetivo a alcanzar. Es decir, que la persona termine aprendiendo a comer escuchando a su cuerpo. Ahora bien, al principio, una persona con trastorno por atracón -o cualquier otro trastorno de la conducta alimentaria- no puede seguir estas pautas porque, para empezar, ha perdido sus señales de hambre y saciedad por culpa de haber hecho tantas dietas y haber entrado en el bucle de restricción y atracón.

¿Puede llegar, incluso, a ser contraproducente? Quizá dañiño no, apuntá Sarriá, pero quizá poco conveniente. Si se quiere curar, al principio necesita estructura, normalizar las comidas, ponerse horarios… Todo ello para evitar atracones.

Esa estructura es justo lo contrario de la alimentación intuitiva pero, a medida que va normalizando las ingestas, sabemos que lo mejor es que, según va adquiriendo herramientas de gestión emocional que le permiten no pagarlo todo con la comida, puede ir prescindiendo de alguien externo que le dice qué hacer y qué no hacer y puede comenzar a confiar en su propia intuición”.