No comas (ni bebas) esto si el vuelo es largo • Guapísimas

Uno de los restaurantes más de moda en la corriente healthy madrileña, Mama Campo, ha abierto un restaurante en la Terminal 4. Desde ya, los viajeros que recalen en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid podrán comprar un piscolabis para el avión como Dios manda.

Como Dios manda significa “a base de productos frescos y saludables que se elaboran con ingredientes que provienen de agricultura y ganadería de proximidad y/o ecológica”, según cuentan.

Si estás harta de la opción coca-cola y baguette de pan tipo chicle de la cafetería de turno, acude a la zona de salidas, Planta 1, zona de embarque K.

A propósito de esta apertura, que promete reconciliar a la gente que se cuida con la idea de comer en el avión, la nutricionista y dietista Vanessa Aguirre (de Zúa Alimentación), nos regala una serie de recomendaciones sobre qué alimentos comer (y cuáles evitar) cuando vas a hacer un viaje en avión:

Evitar comidas copiosas

La digestión es una de las funciones biológicas que más se altera cuando volamos, pudiendo ocasionar molestias como pesadez, hinchazón, acidez, reflujo, náuseas o incluso estreñimiento, entre otros”, explica Vanessa Aguirre, nutricionista y dietista de Zúa Alimentación, que recomienda realizar pequeñas tomas de comida (a modo de raciones) u optar por un único plato que sea nutritivo pero ligero.

Una buena idea: ensalada, poké o budha bowl, siempre que contengan una buena cantidad de verduras, cereales en grano junto con una pequeña ración de proteína de calidad como el pollo, pavo o quinoa.

Evitar comidas grasientas

No a: fritos, rebozados, embutidos grasos, bollería industrial, tanto en las horas previas como durante el vuelo.

“Las grasas ralentizan el proceso de digestión de los alimentos. Es por ello que, una comida excesivamente grasa puede incrementar aún más los síntomas de indigestión”, argumenta Aguirre.

Elige: Cocciones al vapor, marinados, encurtidos o bien platos horneados que reduzcan la ingesta de grasas, así como platos que incluyan grasas de origen vegetal (semillas y frutos secos).

Los frutos secos son interesantes porque son ricos en omega 3 con efecto anticoagulante, favorecen la circulación sanguínea y evitan la sensación de piernas pesadas o, incluso, la trombosis venosa profunda.

Evitar alimentos flatulentos

Es decir, que provoquen gases: legumbres, repollo, coliflor, brócoli o, incluso, la lechuga.

“Pasar largas horas sentados favorece la aparición de gases durante la digestión. La diferencia de presión de la cabina influye además sobre el gas intestinal retenido, provocando una mayor expansión y, con ello, mayor sensación de hinchazón y malestar abdominal”, advierte la nutricionista de Zúa.

No a: Bebidas carbonatadas, antes o durante el vuelo.

Evitar bebidas excitantes

Café, té o bebidas con cafeína dificultan el descanso durante el vuelo.

“Mejor bebe infusiones que, además de hidratarnos, podrán facilitar la digestión (anís o menta poleo), evitar las náuseas o mareos (jengibre) o incluso favorecer el descanso durante el vuelo (tila o manzanilla) por su efecto relajante”, recomienda la experta.

Otra opción para mantener unos niveles de hidratación óptimos serían las infusiones de rooibos o frutas del bosque, zumos de frutas o agua de coco.

Tampoco se debe consumir alcohol porque favorece la deshidratación y, adicionalmente, incrementa el riesgo de trombosis venosa profunda e interfiere en la calidad del descanso

Evitar dulces y/o procesados

“La presencia de azúcar provoca un rápido incremento en los niveles de glucosa en sangre y, en algunos casos, posteriormente, un rápido descenso. Estas alteraciones bruscas de la glucemia en sangre pueden producir cambios en nuestro estado anímico como nerviosismo, irritabilidad, ansiedad o incluso cansancio”, advierte la experta.

Elige opciones como la fruta o el yogur que, no solo previenen este efecto, sino que favorecen el tránsito intestinal durante el vuelo. Por otro lado, estudios apuntan que la miel, puede favorecer la calidad del descanso.

Favorece el buen tránsito

En la comida, toma frutas, verduras, semillas y cereales integrales ricos en fibra, ya que el tránsito intestinal es posiblemente la función digestiva más sensible a los cambios en los horarios, localizaciones o rutinas.

“Este hecho también se ve agravado por la falta de actividad física propia del vuelo al pasar largas horas sentados o con movilidad reducida. Una adecuada ingesta de fibra a través de alimentos de origen vegetal, asegurará un correcto tránsito intestinal”, asegura Vanessa Aguirre.

Magnesio contra el jet lag

Las semillas de sésamo, la chía, la amapola o las nueces tienen magnesio, que favorece el descanso, reduce el estrés y evita la tensión muscular propia de los vuelos de larga distancia.

No hay que olvidar que el magnesio contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y a combatir los efectos del jet lag”, recuerda Aguirre.

EL PORQUÉ DE BEBER AGUA EN EL AVIÓN

Siempre se insiste en que la hidratación es fundamental antes y durante el vuelo porque tanto la piel como las mucosas se resecan, pero la importancia de hacerlo va mucho allá: El ambiente dentro de la cabina es muy seco e incrementa aún más la deshidratación pero lo peor no es eso:

Una correcta hidratación disminuye el riesgo de padecer trombosis venosa profunda (TVP) así como los posibles efectos del jet lag.

Aunque el agua es la fuente de hidratación más inmediata, las frutas y las verduras aseguran una hidratación más constante y prolongada”