Dos auto-masajes y un minuto • Guapísimas

Aunque pueda parecer un mero truco del marketing, las expertas en estética no dejan de insistir: cómo se aplica la crema de cuello es fundamental. Si se masajea correctamente, se puede potenciar la acción de la crema.

Por el contrario, de no hacerlo bien, es posible ir poco a poco empeorando el tono y aspecto de la zona, ya de por sí delicada y propensa a arrugarse y descolgarse.

La piel del cuello es especialmente vulnerable y es de las zonas de piel que más agradece los pequeños rituales que ayudan a tensar, reafirmar y cuidar. Es importante incorporarlos sin que suponga perder mucho tiempo.

Como se trata de una zona tan propensa a la flacidez, es importante que las manos se muevan en el sentido correcto, para ayudar a paliar ese descolgamiento y no al contrario (como puede pasar si se realizan movimientos equivocados repetidamente).

Así lo afirma Claire Morriseau, Directora de Formación de Tratamiento de Guerlain:

La particular fisionomía de la zona –con una piel mucho más fina- exige movimientos muy concretos a la hora de extender las cremas y hay dos masajes infalibles”

Desde la firma de cosmética de lujo, donde son expertos desde hace décadas en gestuales que potencian la eficacia de los cosméticos, nos proponen dos breves rituales que no te llevarán más de un minuto y, sin embargo, dispararán el efecto de la crema de cuello y escote.

Existen dos masajes específicos para cuello y escote. Con ellos aprenderás cómo se aplica la crema de cuello y escote para que sea más efectiva:

 

Una ayuda extra para un cuello joven: la gimnasia pasiva facial

Unos movimientos básicos de masaje activan la circulación sanguínea y linfática, tonifican los tejidos y, de haberlos, diluyen los nódulos de grasa.

Te proponemos estos cinco pasos:

  1. Realiza pases con la palma de las manos desde el hombro a la oreja.
  2. Para combatir la papada, realiza movimientos de rotación con los dedos indice y anular desde la barbilla hacia las orejas.
  3. Realiza pasadas con el dorso de las manos, una detrás de otra, desde la clavícula a la barbilla. Primero en un lateral del cuello y, después, en el otro.
  4. Para evitar el doble mentón, pellizca la linea del maxilar inferior con los pulgares y los nudillos de los dedos indice. Hazlo desde el mentón hacia las orejas sin estirar la piel.
  5. Para tonificar, golpéate suavemente bajo la barbilla con el dorso de ambas manos alternativamente.