¿Cómo se limpian los pinceles de maquillaje? • Guapísimas

Limpiar los pinceles de maquillaje con frecuencia es un gesto obligatorio, dado que las cerdas y materiales de esponja acumulan bacterias que pueden causarte problemas en la piel, agravando el estado de un acné, irritando la mucosa de los ojos y nariz y la semi-mucosa de los labios; tres zonas propensas a reaccionar.

Pero no solo el miedo a la infección debe guiarte. Hay otros motivos para mantenerlas limpias:

Cuidando bien las herramientas de maquillaje, te aseguras de que duran más y de que la aplicación de sombras, labiales, bases, iluminadores, etc. es más efectiva. Cuando la brocha está sucia no es capaz de depositar y repartir igual de bien los pigmentos de color. Pierde flexibilidad y, por tanto, difumina peor.

Desde la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), añaden:

Hay que seguir unas básicas prácticas de higiene: manos limpias –no quiere decir que estén esterilizadas-, y utensilios de belleza cuidados y limpios. Como recomendación, siempre que sea posible, mantener las brochas, pinceles, etc. en sus estuches o que no estén expuestos al polvo u otros contaminantes”.

6 PASOS PARA LIMPIAR LOS PINCELES DE MAQUILLAJE

  1. Pon un poco de agua tibia y jabón o champú neutro en la palma de la mano.
  2. Frota la brocha en movimientos circulares, presionándola suavemente para que las cerdas no se partan pero sí se desprenda toda la suciedad y el maquillaje acumulado.
  3. Para aclarar el jabón, asegúrate que las cerdas están hacia abajo y el agua cae en la dirección del pelo, no dentro del mango. Si le das la vuelta a la brocha y entra agua por la unión metálica se puede oxidar y manchar las cerdas en el futuro. Además, la humedad puede llegar hasta el pegamento que une cerdas y mango y desprenderlo.
  4. Si el pincel estaba muy sucio, quizá convenga repetir la operación.
  5. Cuando el agua salga limpia, retiras el exceso de humedad presionando con un papel de cocina y las dejas secando sobre una toalla en posición horizontal.
  6. Algunos maquilladores recomiendan que el mango quede apoyado pero las cerdas se sequen sin apoyarse (para que no se deformen), algo que puedes conseguir colocándolas al borde de una encimera.

 

LA FRECUENCIA IMPORTA

Cada pincel tiene su frecuencia:

  • Las brochas sintéticas y esponjas que usamos para aplicar fondo de maquillaje, iluminadores líquidos y correctores, se deben lavar después de cada uso. Punto. El motivo es que este tipo de productos dejan mucho rastro en forma de aceite y ceras que son un imán para el polvo. Existen productos en pastilla que te facilitan el trámite para que lo hagas en un minuto (más abajo te lo cuento).
  • Los sprays de limpieza para pinceles, que usan muchos maquilladores que tienen que saltar de una modelo a otra sin tiempo para lavar, son líquidos que limpian al instante y además secan la brocha. Suelen tener alcohol y se considera que son producto de emergencia, no para el mantenimiento constante de la pincelería.
  • Si son de cerdas naturales, que no se recomiendan para la aplicación de productos de textura fluída, se lavan con la misma frecuencia pero mejor con champú suave.
  • Las brochas gruesas que usas para las texturas en polvo (polvos sueltos, colorete y polvos bronceadores), mínimo hay que lavarlas una vez al mes. Notarás que en este caso, la suciedad sale más fácilmente.
  • Igual ocurre con los pinceles de sombras de ojos. Con una vez al mes es suficiente. Hacerlo con una frecuencia menor solo consigue que el color quede peor (porque los colores se empiezan a mezclar y las cerdas se apelmazan).

Cualquier cosa que vayas a pasar por el ojo, conviene que esté bastante limpio, para evitar infecciones. Lo mismo con los labios. La acumulación de ceras y pigmentos atrae la suciedad y después vienen las pupas en la boca. Mucho cuidado.

 

5 GADGETS TE ASISTEN

Gadgets para limpiar pinceles de maquillaje

De izda. a dcha.: Plantilla con texturas, spray instantáneo, pastilla de limpieza, lava-centrifuga-seca pinceles y torre de secado.

  1. Plantilla de silicona con texturas. Éstas están especialmente diseñadas para esta función. Se colocan en el lavabo, para facilitar el proceso de limpieza. Sus diferentes texturas son para poder liberar la suciedad de pinceles más finos, gruesos, con las cerdas largas, tupidas, sueltas, etc.
  2. Spray instantáneo. En este caso, basta con aplicar el spray sobre cada uno de los pinceles o brochas y retirar el exceso con un pañuelo de papel.
  3. Pastilla de lavado instantánea. Suelen ser compactos de limpieza en cera o algún material lipofílico, capaz de arrastrar bien los aceites y ceras de los productos de maquillaje tipo fluído y crema.
  4. El lava-centrifuga-seca pinceles. Adaptas la brocha al cabezal adecuado (vienen varios diámetros), pones agua y champú, sumerges la brocha, enciendes el motor y empieza a girar. Cuando ya esté enjabonada, cambias el agua y limpias el cuenco para aclarar. Una vez aclarada, quitas el agua y giras hasta que se seque.
  5. Torre de secado. Diseñada para secar bien y volver a dar forma a tus brochas y pinceles de maquillaje más rápidamente, incluidos los más densos. Por un lado, sujeta el mango y, por otra, tiene unas bandas que ejercen cierta presión para que las cerdas recuperen su forma cabeza abajo.

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