Un mito en confinamiento • Guapísimas

Con un sentido del humor verdaderamente envidiable, la actriz italiana Isabella Rossellini (Roma, 1952) se conectó a su primer directo de Instagram el jueves pasado.

Lo hizo para hablar de belleza. No sin cierta dificultad en el manejo de su móvil, y confesando haber pasado la noche entre pesadillas en las que todo salía mal, charló con Lisa Eldridge, maquilladora y directora creativa global de Lancôme.

Lisa abrió el directo confesando ser su fan más fiel y lo cierto es que el cariño entre ambas se percibía más que evidente.

Isabella, mujer de éxito en el cine, convertida en mito, se mostró sincera y natural, intercalando secretos y confesiones mientras contaba su vida en la granja orgánica que lleva en un pueblo a cien kilómetros de La Gran Manzana.

Rossellini, que es la actriz que más tiempo lleva siendo imagen de Lancôme, quiso compartir con los asistentes al directo sus trucos de belleza… y algo más. A la primera pregunta de Lisa, “¿Cuál es el secreto para estar siempre tan elegante, hasta llevando una granja?”, la actriz dejó una bonita reflexión:

No hay secretos. A mí me encanta la moda y también cuidarme, como cuido de los animales o las plantas. La sensación de cultivar unas flores o unas hierbas aromáticas se parece mucho a la de ponerse un perfume o aplicarse una crema. Cuidarse o cuidar un jardín aporta la misma sensación de bienestar”.

Cómo se cuida Isabella Rossellini

A lo largo de la conversación, la actriz de origen italiano y sueco, fue dejando sus secretos de belleza. Son estos:

  1. Adicta a las cremas: “Soy adicta a las cremas y me pongo dos veces al día, por la mañana y antes de acostarme. Por la mañana uso una crema que me encanta, llamada Rénergie Multi-Glow, de Lancôme. Actúa en la microcirculación de la piel y te da un tono rosado muy bonito. ¡Además, me encanta cómo huele! A veces la combino con Rénergie Lift Multi-Action Ultra Cream con SPF 30, de Lancôme”.
  2. Cuarenta años con el mismo perfume: “Siempre uso Trésor, de Lancôme. Es parte ya de mi ADN, va conmigo a todas partes. Cuando entro en una habitación de hotel, vaporizo las almohadas con él y ya me siento como en mi casa. Para mí, su fragancia es como mi hogar. Ya no quiero más perfumes, porque sentiría que no soy yo. Trésor es como mi segunda piel, mi identidad”.
  3. Maquillaje básico: “Una vez hidratada la piel, cojo una buena brocha de maquillaje y me aplico la base de maquillaje Teint Idole Ultra Wear de Lancôme, a toquecitos y no por toda la cara: solo donde quiero cubrir alguna rojez o mancha del sol.
  4. Marcar las cejas: “Otra cosa que nunca me salto es arreglar un poco las cejas. Para ello, las peino, las repaso con el lápiz de cejas Brow Shaping Powdery Pencil en un tono marrón claro que queda muy natural y, después, las fijo con Sourcils Styler de Lancôme”.
  5. Pestañas a tope: “Por supuesto, jamás me falta un toque de máscara de pestañas Hypnôse de Lancôme y un poquito de alguna sombra oscura en el párpado móvil”.
  6. Labios protagonistas: “Mi parte favorita son siempre los labios. Primero, me los perfilo respetando los picos del arco de Cupido, para que queden bien marcados. No me gusta nada cuando me los intentan redondear con lápiz porque no me siento yo. Es una fijación, siempre tengo que perfilarlos así. Además, noto que si uso lápiz, el labial se aplica más fácil y el color no se mete por las arruguitas del código de barras. Hoy llevo puesto el tono 189 de L’Absolu Rouge, que lleva mi nombre: Isabella. Me fascina cómo se abre la barra, me parece muy elegante y parte del gesto glamouroso de pintarse los labios”.

Grandes reflexiones:

“No te voy a engañar, no soy inmune a los complejos”, confiesa Isabella a Lisa. Y abunda: “No me pasa que miro por la mañana a mi espejito y, cuando le pregunto, me dice que Isabella es la más bella del reino. También siento la presión de la edad, de cómo cambia el rostro. Pero cuando escucho esa voz, la hago callar, me pinto los labios y pienso: la verdadera elegancia es una expresión de lo que hay dentro de ti. Y si tus párpados se caen, ¡píntate las pestañas!”.

La felicidad

En estos momentos en que el optimismo y la buena actitud puede ayudar mucho a sobrellevar esta difícil situación, la actriz y embajadora de Lancôme terminan haciendo una bonita reflexión:

La felicidad es una disciplina más y hay que practicarla. Aprovechar este impasse para leer más, para ver más cine, para darte un baño, disfrutando de no tener citas en la agenda… Y también jugar con el maquillaje. Pintarte los labios y decidir quién vas a ser hoy. Solo por placer, para sentirte mejor. Para expresarte. El maquillaje es diversión”.