La semana pasada, el Oráculo de la belleza dio su veredicto sobre una de las dudas más controvertidas de la belleza, que afecta a la manicura perfecta: ¿Las cutículas se cortan o se empujan?
Si no lo has leído (deberías hacerlo), te lo adelantamos: Se empujan. Y, para ello, hace falta usar un removedor específico.
Normalmente estos tratamientos para las cutículas que se usan tras limar y dar forma a las uñas, son exfoliantes enzimáticos o químicos suaves en forma de gel, crema o loción.
Si deseas una manicura perfecta que mantenga bonitas tus manos y sanas tus uñas, debes aprender a usarlo correctamente, para evitar la tentación de terminar recortando tus cutículas.
El correcto modo de empleo del quitacutículas es:
- Se aplican en la piel que rodea la uña
- Se dejan actuar uno o dos minutos (según las instrucciones del fabricante)
- Se empujan con un palito que, si puede ser, no sea metálico porque pueden dañar el lecho de la uña y hacer que ésta crezca débil, estriada o se abra en capas
Cómo se empuja la cutícula
Para empujar la cutícula también hay un modo correcto y es este: suaves movimientos circulares empujando ligeramente hacia dentro
Por último, se aclaran con agua y jabón o quitaesmalte con acetona, para cortar el proceso de exfoliación.
Con la toalla, se retira cualquier rastro de piel muerta que quede y, a continuación, se aplica una crema especial para cutículas o aceite especial para cutículas mediante un masaje en la zona del lecho y la cutícula.
El objetivo de estos exfoliantes de cutículas es doble: por un lado, retiran la piel muerta, dejando la zona más limpia y con aspecto cuidado y, por otro, ablandan la cutícula interior de forma que sea más fácil empujarla.
El objetivo de los aceites de cutículas es mantener la zona nutrida y elástica para que no se forme esa piel tan anti-estética que dan ganas de cortar. Además, hacen que la manicura dure más bonita más tiempo.