Mañana es 5 de junio y se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Parece ser que este día, instituido para crear conciencia de la necesidad de proteger y mejorar el Medio Ambiente, se eligió en recuerdo a la apertura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972), cuando se aprobó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Como aquí hablamos de belleza, cabe fijarse en que, desde la industria cosmética, más allá de trabajar en el consumo de agua y la huella de carbono de su funcionamiento (fundamentales para cualquier plan de sostenibilidad), están muy concentrados en todas las mejoras que puedan hacerse con respecto al packaging.
Que desaparezcan los productos de usar y tirar, que las fórmulas no contaminen en ningún sentido y que los envases en los que contienen cremas, champús, perfumes… se vean reducidos a la mínima expresión o, directamente, desaparezcan sin dejar residuo. De esos vamos a hablar hoy.
La nueva era ecológica de la cosmética
Durante años se ha abusado de plásticos no reciclables, retractilados, cajas innecesarias… Empezaron hablando de envases reciclables, después del uso de plástico y cartón reciclado para sus embalajes pero pronto se dieron cuenta que ya no vale con reciclar. Hay que reducir y re-usar. Es decir, rellenar los envases y comprar todo aquello que venga en el mínimo empaquetado posible.
En este aspecto, un paso de gigante que se ha dado recientemente es aquel que nos encamine a, cada vez más, usar todos esos packagings capaces de desaparecer sin dejar huella. Nos referimos a envases hidrosolubles, biodegradables o compostables.
Hace días nos contaban que la empresa valenciana Green Cycles ha desarrollado los primeros envases de cosmética inocuos para el medio ambiente. Esto, que es una buena noticia per ser, si se impone, puede suponer un antes y un después en la industria cosmética en su compromiso con la reducción del uso del plástico tradicional.
Es cierto que la cosmética naked (es decir, desnuda, sin ningún tipo de embalaje) es una buena idea, pero no todos los productos se prestan a esa opción y, por ello, hay que investigar en las posibilidades de bioplásticos biodegradables, fibras hidrosolubles, bambú compostable, etc.
Más abajo encontrarás una pequeña selección de productos que ya cumplen con estas expectativas. No dejes de verlo porque te va a sorprender. Pero, antes, cabe definir (con ayuda de Green Cycles) qué significa que un packaging o un objeto de tocador sea biodegradable, hidrosoluble o compostable.
- Biodegradables: Se descomponen en los elementos químicos que lo conforman, debido a la acción de agentes biológicos, como plantas, animales, microorganismos y hongos, bajo condiciones ambientales naturales.
- Hidrosolubles: Esos cuyo material se disuelve en agua a diferentes temperaturas y se desintegra totalmente y sin dejar residuo.
- Compostables: En ciertas condiciones de temperatura , humedad y tiempo sufre un proceso de biooxidación y se transforma en CO2, agua, sales minerales y biomasa = compost o abono.
Todos los envases que fabrica esta empresa valenciana para terceras marcas cumplen estas tres características.
Otras marcas, otros plásticos
Hay compañías como Aveda o Mádara, por poner solo dos ejemplos, que usan bioplásticos, es decir, plástico realizado con levaduras que convierten la caña de azúcar en plásticos como etileno, polietileno y PET. Nada que ver con los actuales plásticos procedentes del petróleo, como el PVC y el poliuretano, contaminantes y difíciles de reciclar.
También sabemos que la industria de la belleza está trabajando para fabricar materiales alternativos al plástico, para productos desechables, que se vuelven más sostenibles y biodegradables, a veces compostables, ¡incluso comestibles! Bien a partir de las fibras de las hojas de piña (como el famoso piñatex), bien con fécula de patata, cáñamo, trigo…
Brochas de maquillaje y cepillos de pelo y dientes que serán abono
Una de las marcas que nos ha llamado la atención últimamente es Beter, que ha lanzado Natural Fiber, la primera gama de accesorios de cuidado personal biodegradable. Su packaging está, además, elaborado con cartón certificado FSC (que muestra un uso sostenible de los bosques). Dentro de la línea se venden varios tipos de cepillo de pelo, brochas de maquillaje, neceseres… No te la pierdas.
Hemos hablado de estas marcas e iniciativas, pero hay muchas más… Seguiremos informando.
Ahora que sabes que esta cosmética hidrosoluble, biodegradable y compostable existe, elige en nuestro shopping qué te comprarás para hacer de tu tocador un lugar más sostenible:
Esponja de baño biodegradable
THE KONJAC SPONGE COMPANY Esponja de baño con 6 ondas y arcilla rosa (10,45€) Lava y calma la piel irritada, exfolia suavemente y ayuda a devolver la elasticidad natural de la piel.
Cepillo de dientes compostable
NATURBRUSH Cepillo de dientes realizado con bambú 100% MOSO (5,60€) En 90 días se descompone en abono natural si lo metes bajo tierra.
Cepillo de pelo biodegradable
BETER Natural Fiber Detangling (9,98€) Cepillo de esqueleto elaborado en materiales naturales renovables procedentes de fibras de trigo, cáscara de arroz y polímero de resina.
Cera corporal en cazoleta compostable
DAEN Ecodepil Cera Depilatoria para microondas (3,75€/100 gr.) Con ingredientes naturales de origen vegetal y aceite de Tamamu Eco Cert. No son necesarias bandas.
Esponja de maquillaje compostable
ECOTOOLS Esponja Bioblender compostable (14,48€) Hay que renovarla cada 30 días. Antes de compostarla hay que lavarla. A los 6 meses se desintegra. Su packaging es biodegradable.
Brocha de polvos biodegradable
BETER Natural Fiber Brocha para polvos (6,95€) Su mango es de un material natural a base de fibra de trigo, el pelo es sintético y el pack de cartón certificado FSC.
