Durante la temporada de verano, los factores que más estropean el pelo son las altas concentraciones de cloro, el agua del mar, la exposición solar y la sudoración. Así lo afirma la Dra. María Eugenia Segovia, cirujano capilar de la clínica Hospital Capilar.
Estos estresores capilares son capaces de deteriorar la fibra capilar y el cuero cabelludo más que ninguna otra cosa a lo largo del año y hacer que el cabello vuelva de vacaciones apagado, seco, encrespado, deshidratado o con las puntas abiertas.
Hay que tomar en serio estos factores porque no es solo que la melena se vea estropeada…
Los daños de sal y cloro pueden afectar al cuero cabelludo y promover la caída del pelo durante la época otoñal.
Se impone un plan de acción intensivo para proteger la melena y prepararla bien para que esté fuerte frente a las agresiones. Pero, primero, sepamos cuáles son esas agresiones y, de ellas, cuál es la peor.
Los sospechosos habituales
Empecemos por el sol. Bestia negra de la piel, por su contribución al fotoenvejecimiento –y, lo que es peor, al cáncer cutáneo- es contra quien sabemos que hay que protegerse muy bien. No solo la piel, también el pelo.
“En verano se produce una exposición prolongada a los rayos UVA, que atacan a la melanina y rompen los enlaces de queratina del cabello, haciendo que luzca una apariencia más opaca, que se encuentre deshidratado, pierda elasticidad y se vuelva más frágil”, explica la Dra. Segovia, que alerta:
Cuanto mayor sea la exposición de la melena al sol, mayor riesgo de rotura existirá. Además, también el cuero cabelludo puede resecarse, irritarse, producirse descamación e incluso quemaduras de la misma forma que ocurre con la piel desprotegida”.
Tenemos que hablar del cloro
Sostienen desde el Hospital Capilar que, en un país en el que existen 1,2 millones de piscinas, uno de los factores más perjudiciales para el cabello durante el verano son las altas concentraciones de cloro a las que nos exponemos.
“Aunque este elemento químico afecta a todo tipo de cabellos, aquellos que se han sometido a algún tipo de decoloración o tinte son los más perjudicados. El cloro puede dañar la cutícula y hacer que el pelo se vuelva más poroso y, en consecuencia, causar un cambio de tonalidad en el cabello”, alerta la Dra. Segovia.
Y bien, ¿cómo podemos proteger el pelo y el cuero cabelludo de los daños del cloro? Es fácil y muy viable: lavarlo con agua dulce después de cada chapuzón y/o usar gorro de piscina.
Gorro vintage-kistch
(14,11€) No es resistente al agua, úsalo como mero adorno para tapar el espantoso efecto del gorro de silicona, que es el que realmente protege la melena en la piscina.
Gorro de silicona
(15,99€ / 2 unidades) De silicona y especiales para nadadores con pelo largo. Previene el exceso de presión y tiene cómodo alojamiento para las orejas.
Si la idea de parecer la reencarnación cuqui de Esther Williams no te ha convencido, la doctora Segovia recalca que “los gorros de silicona son la mejor alternativa, sobre todo en el caso de aquellas personas que tengan un mayor volumen capilar. Además, presentan una mayor vida útil y una menor posibilidad de rotura al ser más resistentes; son más suaves al tacto y, por tanto, dañan menos nuestro cabello”.
(Los gorros de látex también son una opción válida en el caso de aquellas personas con un menor volumen capilar, ya que suelen ajustarse mejor que los demás).
¿Y qué pasa con la sal del mar?
Es cierto que nuestra melena torna en sirena por obra y gracia del agua de mar (y eso nos encanta), pero si alguna vez alguien te ha dicho que dejar la sal en el pelo es buenísimo, no le sigas para más consejos.
“El agua del mar es un gran enemigo del pelo. Aunque su elevado pH y su alto contenido en sales minerales y oligoelementos puede producir algunos efectos beneficiosos sobre nuestro pelo -como regular el exceso de sebo en cabellos grasos o aportar suavidad y volumen-, la conjunción con elementos del entorno como la exposición solar o la arena produce efectos nocivos sobre el cuero cabelludo, dañando su estructura química y, por ende, la cutícula.
En este caso, los cabellos secos son los mayores afectados, ya que la sal impide una correcta hidratación del tallo y hace que la fibra capilar se reseque”.
No hay más preguntas, señoría.
El calor tampoco ayuda
Cabe mencionar que el calor tampoco es un colaborador para la belleza capilar. La sudoración excesiva que experimentamos durante esta época, nos cuentan desde el Hospital Capilar, es otro componente que fomenta que el cuero cabelludo se reseque y pierda brillo, provocando que los folículos se vuelvan más frágiles y quebradizos.
¿Solución? Un buen tratamiento casero como los que hacen en la pelu. “Hidratar bien a través de mascarillas o acondicionadores es un punto clave para la protección capilar, así como utilizar algún tipo de gorra, sombrero o pañuelo, y evitar las horas centrales del día a la hora de tomar el sol”, destaca la especialista.
Para terminar, un apunte healthy: Los expertos en cuidado capilar insisten en que una correcta alimentación durante esta temporada es fundamental para combatir los efectos negativos del verano en nuestro cabello.
“Se recomienda una ingesta hídrica abundante e incorporar en nuestra dieta alimentos como:
- Cítricos, que son antioxidantes
- Semillas como el girasol, lino, sésamo o calabaza, que contienen biotina y vitamina A
- Verduras ricas en carotenos como zanahorias, calabazas, melocotones o mango
- Rábanos, por sus propiedades détox
- Alimentos ricos en histidina: lácteos, pescados, huevos y legumbres”
(recalca la doctora Segovia).