Si no eres demasiado iniciado en esto del mindfulness, te diré que, en pocas palabras, se trata de una meditación basada en el control de la respiración. Se traduce como atención plena y la forma de aplicarla y practicarla es respirar con los cinco sentidos en el momento presente.
Si se practica correctamente y con frecuencia, es una gran ayuda para anclarse en momentos en que la ansiedad se dispara.
¿Por qué proponemos hacerlo en la ducha? Porque en ella se pueden poner todos los sentidos (bueno, todos menos el del gusto). Cuando te concentras, la mente mantiene la atención en un objeto determinado y, de esa forma, se entrena para no dispersarse, saltando de un tema a otro, como hacemos repetidamente a lo largo del día cuando tenemos estrés o ansiedad.
Mindfulness supone realizar cada acto cotidiano con plena atención. Sentir y hacer que cada uno de ellos sea un rito, una ceremonia.
Poniendo la atención en lo que estás notando con el olfato, el tacto, el oído y la vista, al tiempo que controlas la respiración, puedes llegar a un estado de calma muy provechoso para hacer frente al estrés del día a día.
Aquí y ahora, incluso mientras te lavas y te pones la mascarilla del pelo.
Si te concentras en fijarte, de forma calmada, en cómo huele el gel de ducha, cuán caliente está el agua, la sensación del cepillo o guante de crin pasando por tus brazos y piernas… te estás centrando en el momento presente, logrando la calma perdida y ayudando a tu cerebro a entrenar frente a los momentos de emociones difíciles, sean estas cuales sean.
Mindfulness al lavarse el pelo
Los expertos de Leonor Greyl lo llaman mindwash cuando se refieren a esa rutina que convierte el lavado de cabeza en una experiencia consciente y relajante.
Los pasos son:
- Toma conciencia de tu cabello: Sitúate frente al espejo y cepilla tu melena con lentitud, de la raíz a las puntas, para desenredarla, mientras eres consciente de la respiración, que ha de ser pausada y admiras la textura de tu pelo, el color y dejas fuera el resto de pensamientos.
- Date un automasaje craneal: Regala a tus sentidos un masaje mientras haces penetrar en la fibra capilar los activos más potentes. Visualiza cómo transforman tu cabello mientras masajeas la cabeza con la yema de los dedos y practicas digitopuntura ejerciendo más presión en zonas como las sienes, la base de la nuca o la parte frontal.
- Doble lavado: Deja a un lado las prisas y concéntrate en cómo el agua se desliza por tu cabeza, tu espalda, y por todo tu cuerpo. Aplica el champú y masajea suavemente mientras inspiras profundamente para absorber su aroma. Repite la operación, sin pensar en nada más, esta vez insistiendo más en la zona de los medios y puntas y tomando conciencia de la retirada de grasa, toxinas, suciedad ¡y pensamientos negativos! Es muy importante disfrutar del momento del aclarado y el agua debe estar a la temperatura que más agradable resulte.
- Momento mascarilla: Después de extenderla por medios y puntas, aprovecha el tiempo de espera antes de volver a aclarar para sumergirte en la bañera y cerrar los ojos durante 5 minutos. Respira su aroma mientras eres consciente del poder relajante del agua sobre tu piel y destensas tus músculos uno a uno sin pensar en nada más.