¿Por qué no me crece el pelo? • Guapísimas
Ojo con pegar tirones a la melena mientras el pelo está mojado... - FOTO: Unsplash

¿Por qué no me crece el pelo?

Puede que te crezca a la velocidad normal pero se esté rompiendo; el Oráculo te explica

Muchas mujeres se quejan porque creen que no les crece el pelo. Argumentan que no se lo cortan, ven canas reaparecer en la raíz y, sin embargo, de largo se lo ven más o menos igual.

La respuesta es sencilla: si por arriba (en la raíz) se comprueba claramente que el cabello crece es porque algo está pasando en las puntas.

Lo que está pasando es que se está rompiendo, un problema al que se enfrentan muchas mujeres y que, afortunadamente, tiene solución.

Desde la marca Tangle Teezer, expertos en cepillos que se usan para desenredar cabello húmedo, aclaran:

Cuando el cabello se rompe es porque ha recibido un profundo daño y este daño se reconoce por pequeños puntos blancos que indican que el pelo está parcialmente fracturado.

Estas fracturas, que pueden presentarse tanto en las puntas como en toda la superficie del cabello, la dotan de una imagen frágil y seca.

¿A quién se le rompe más el pelo? Las melenas largas suelen ser más propensas a la rotura. ¿Por qué? Por los enredos que se forman al lavarlo.

Consejos para evitar que el pelo se rompa

(Cortesía de Tangle Teezer)

  1. Lavar el pelo con delicadeza
  2. Ajustar la temperatura del agua
  3. Productos de cuidado específico
  4. Los aceites son aliados
  5. Peinar correctamente el cabello

Abundando en detalles, cabe aclarar que el cabello es especialmente vulnerable cuando está mojado. Por este motivo, es clave masajear el cuero cabelludo con cuidado durante el lavado, empleando la yema de los dedos.

Es importante no subir el cabello a lo alto de la cabeza ni frotar vigorosamente para evitar enredos que acaban en roturas

Además, si el cabello se lava con cuidado, es más fácil mantener una salud capilar óptima.

El agua muy caliente daña la estructura capilar y favorece la rotura del pelo.

Por el contrario, el agua tibia (e incluso fría) estimula la circulación sanguínea y cierra la cutícula, ayudando al mantenimiento de un cabello sano y con brillo.

La temperatura ideal del agua para respetar el cabello se sitúa entre los 25 y los 30 grados, y exceder ese límite supone poner en riesgo la fibra capilar.

Además del agua, el champú y el acondicionador también importan. Los expertos recomiendan usar la línea de cuidado capilar que cubra los requisitos que demanda cada tipo o condición del cabello. De esta forma, también se combate la rotura del mismo.

Existen mascarillas y sérums capilares, tanto en aceite como en otras texturas, que suponen un buen tratamiento de choque para cabellos deshidratados y dañados.

Aportan flexibilidad y cierto grado de nutrición (teniendo en cuenta que se trata de materia muerta) y facilitan el secado y el peinado, esquivando la rotura.

Por último, la forma de cepillar el cabello es fundamental. Es la gran rutina de belleza olvidada, pese a ser una de las principales causas de la rotura del cabello.

Escoger un peine diseñado específicamente para evitar la rotura capilar es indispensable. Y siempre hay que desenredar empezando por abajo, por las puntas.