Cómo no quemarte cuando esquías • Guapísimas

Si eres criatura de los ochenta o noventa -esquiadora, para más señas- habrás salido de marcha más de una vez con la marca de las gafas de ventisca en la cara. Blanco alrededor de los ojos, marrón la cara y roja y pelada la nariz.

Dejando de lado el miedo al evidente riesgo de quemadura, personalmente nunca he entendido esa estética ni me ha gustado pero está más que claro que marcó una época en la que subir a esquiar era sinónimo de estatus y cierto postureo.

Aunque pueda resultar atractiva la idea de lucir tostada en pleno enero, es importante saber que las quemaduras que se producen en la nieve pueden llegar a ser mucho más graves (si cabe) que las que se producen en la playa o piscina en verano.

La altura y el blanco de la nieve

Ya lo advierte la OMS: En alta montaña, la protección de la atmósfera es menor. Por cada 1.000 metros que subimos, el daño de la radiación ultravioleta aumenta hasta un un 15%. Es importante protegerse bien cuando se va a esquiar, pero también al hacer senderismo o trekking.

Además, el daño solar se multiplica cuando la superficie refleja los rayos del sol. En el caso de la nieve, cuando está blanca y limpia, devuelve hasta un 80%. Son rayos que hacen daño al caer y que, al rebotar, vuelven a agredir la piel ¡y los ojos!

Es muy importante usar gafas con una adecuada protección ocular – FOTO: Instagram @pau_eche

 

Desde Sanitas advierten: Si no proteges correctamente la piel, puedes sufrir unos daños a corto plazo, como quemaduras graves que pueden requerir atención hospitalaria.

A medio y largo plazo los efectos se concretan en el envejecimiento prematuro de la piel y la posibilidad de desarrollar un cáncer de piel (melanoma), como consecuencia de los cambios que induce en las células epiteliales.

¿Por qué es peor el sol en la montaña?

Resumiendo, los tres puntos sobre los que alerta la OMS, en consonancia con las autoridades metereológicas de cada país, son:

  1. La nieve limpia refleja hasta un 80% de los rayos UV que pueden producir quemaduras solares
  2. Entre las 10 de la mañana y las 2 dela tarde se recibe el 60% de la radiación UV diaria
  3. A mayor altitud, la atmósfera es más delgada y absorbe una menor proporción de radiación UV. Con cada 1000 metros de incremento de la altitud, la intensidad de la radiación UV aumenta en un 10 a 12%.

Consejos expertos

Acudiendo al consejo farmacéutico experto, nos encontramos las reflexiones siempre certeras de Marián García, doctora en farmacia y conocida en redes sociales como @boticariagarcia:

Siguiendo su habitual espíritu práctico y exento de cualquier atisbo de postureo, apela a la comodidad a la hora de proteger la piel. “Compra el producto de protección solar 50+ que te parezca más cómodo, por cualquiera de las razones que te parezcan oportunas”.

Esta alusión a la comodidad tiene una razón de ser: “Ponérselo en la nieve es un engorro y psicológicamente un formato amigo como la barra siempre ayuda”.

 

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¿Entonces compramos formato barra para toda la cara? Puede ser.

“No hace falta volverse loco buscando el fotoprotector donde ponga nieve en el envase”, argumenta García, que aclara: “Es suficiente con un buen fotoprotector 50+ aplicado cada dos horas”.

¡Atención! Los envases abiertos tienen una caducidad de doce meses, así que si empezaste uno en verano y se quedó a medias, lo puedes aprovechar” (Marián García, @boticariagarcía)

Pero volvamos a la barra. Sostiene García que si te llevas a esquiar un tamaño familiar de SPF50+ las probabilidades de que lo lleves encima a las pistas para la reaplicación tienden a cero.

Mejor un formato tamaño pocket en el chaquetón y así puedes reuntarte mientras paras en la cola del telesilla.

El secreto está en la barra

Su secreto como boticaria experimentada es usar una barra de protección 50+ de las que sirven para la cara y para los labios (algunas de ellas incluso pueden pasarse por zonas sensibles como contorno de ojos).

¿Y qué pasa con manos y labios?

Desaconseja Boticaria García poner vaselina en los labios mientras esquías. A la vuelta, en el apartamento, ok. Pero mientras estás en las pistas, siempre con cacao que tenga protección solar. A lo que añade: “Hay que llevarlo siempre en el bolsillo del chaquetón”. Por aquello de reponer cada dos horas, mínimo.

Si el fotoprotector elegido te resulta agradable para la cara, seguramente será fantástico en las manos. No dejes de protegerlas antes de salir y cada dos horas porque los guantes no están todo el rato puestos y en el instante que te los quitas dejas las manos expuestas al viento y el solazo sin que puedan protegerse de la agresión. Ojo.

En general, hay que poner filtro de protección solar SPF50+ en todas las zonas expuestas: rostro, labios, orejas, cuero cabelludo y cuello (en previsión de quitarse la bufanda o la braga).