Qué hacer cuando siempre tienes hambre • Guapísimas

Para empezar, saber que no estás sola. Y, además, atenta: no es algo que tengas que evitar cerrando el pico, que se suele decir. Cuando uno tiene hambre, tiene que comer. Ahora bien, qué comer y cómo comerlo es la clave.

Para no asaltar la máquina de vending de la oficina o bajar al bar de abajo a la mínima de cambio existen algunas claves.

 

Picoteo en la oficina

Durante las horas de trabajo se pica mucho y mal. Entre celebraciones de cumpleaños, envíos de cortesía, invitaciones varias y pruebas de recetas ajenas, siempre hay una excusa para un bizcocho, una bolsa de patatas fritas y unos refrescos.

Metida en ese bucle, tienes la sensación de tener hambre a todas horas. ¿Por qué pasa eso?

“Es inevitable que el trabajo produzca ciertos niveles de estrés, y refugiarse en la comida es una manera que tenemos de aliviarlo”, explica Laura Gallardo dietista-nutricionista del hotel Barceló Montecastillo, que especifica: “Algunos lo hacen todos los días y lo incorporan en su rutina como algo normal; otros de manera puntual por cansancio, aburrimiento, tristeza, euforia o lo que sea”.

Afortunadamente, existen estrategias para evitar esas ansias por comer a todas horas. Todas ellas pasan por la organización y la nutrición consciente, nunca por el exceso de auto-control.

Consejos para evitar el picoteo insano (según Laura Gallardo)

 

Come antes de entrar a trabajar: Bien en casa o de camino al trabajo ingiere una comida saludable o un tentempié dependiendo de tu apetito, así evitarás que te entre hambre cuando entras en tu espacio de trabajo.

“Según estudios recientes, el desayuno no es la comida más importante, lo más importante del día es que todas las comidas que realices sean con alimentos saludables y evitando los ultraprocesados”, explica Gallardo.

El desayuno saludable más saciante debe tener fibra y grasas saludables: bowls con fruta y yogur (con toppings de avena, semillas y trocitos de chocolate puro), tortitas de harina integral o tostas con tomate y aguacate.

Acostúmbrate a llevar fruta a la oficina: Es el snack perfecto a media mañana. Si te da pereza, prepara un smoothie o llévate la fruta cortada en un tupper.

“Elige la fruta que más te guste, intentado variar y si es de temporada mejor. La mayoría aportan un gran porcentaje de agua, fibra y te ayudarán a mantener la sensación de saciedad”, recomienda la nutricionista.

No comas delante del ordenador: Cuando lo hacemos no somos conscientes de lo que ingerimos y llenamos el estómago de alimentos que no necesitamos. Aplica los principios de la nutrición consciente y hazlo tranquilidad, poniendo tus sentidos en ello.

Así, tomarás menos cantidad y de mejor manera.

“Si prestamos especial atención a lo que está en nuestra boca y masticamos correctamente, nos saciaremos antes. De igual modo, si comemos nerviosos por los correos del trabajo, el estómago va a estar contraído y no vamos a tener buenos movimientos gástricos para que esa comida se amase debidamente”, afirma la experta.

Bebe mucha agua y toma infusiones: “Muchas veces confundimos el hambre con las ganas de comer y, en numerosas ocasiones, se debe a la sed”, afirma Gallardo.

Ten siempre una botella en tu escritorio y proponte rellenarla al menos dos veces a lo largo del día. Además, será la excusa perfecta para levantarte de la silla y estirar las piernas.

Si eliges infusiones, que sean sin endulzar.

Márcate unos horarios de comida. A veces es difícil, por el ritmo de trabajo. Pero es importante.

“Lo primero que necesita el cuerpo es establecer un orden. Si se come a cada rato, el sistema digestivo se satura y se confunde al organismo”, analiza Gallardo.

Marcarse unos horarios evitará que piques entre horas y que sucumbas a las bandejas de manolitos.

Parar para comer en otro ambiente y sin hacer nada a la vez, ayuda también a combatir el estrés, ya que permite desconectar.

Conoce a tu organismo y realiza  las comidas que sean necesarias. Si tienen que ser tres, que sean tres. ¿Cuatro? Pues cuatro. O dos. Las que sean.

Si hacemos varias ingestas al día (4, 5 ó 6) eligiendo los alimentos adecuados, no tendremos esas ansias de comer a todas horas porque estaremos saciados.

Además, “la ventaja de no llegar con tanta hambre a la próxima comida hará que tus porciones sean más pequeñas y que elijas alimentos de mejor calidad, librándote de los  procesados sin aporte nutricional”, explica Laura Gallardo, nutricionista del hotel Barceló Montecastillo.

Ten a mano, en el cajón, snacks saludables. Así no sucumbirás a la pereza, desorganización o falta de ideas. Traer de casa opciones saludables te ayuda a ahorrar dinero, tiempo y ganar en salud.

“Puedes tener siempre a mano bolsas de nueces, dátiles o pasas, yogures naturales, kéfir, chocolate negro con más del 70% de cacao, piña en lata o cualquier otra fruta”, concluye la experta.