La primera vez que escuché hablar del agua de coco fue hace como veinte años. Una amiga contaba que su madre, tras un complicadísimo parto y meses de hospitalización en Rio de Janeiro, consiguió reponer fuerzas gracias a ella.
Por lo visto, nunca tenía apetito y el médico le dijo que, si era capaz de beber este agua a lo largo del día, tendría nutrientes suficientes para encontrarse bien.
Milagrosa o no, es cierto que los nutricionistas solo hablan maravillas del agua de coco. ¿La has probado? Quizá hayas tenido la suerte de tomarla directamente de la fruta en algún destino exótico de vacaciones pero, si no es el caso, no hay problema: ahora la venden envasada.
QUÉ TIENE EL AGUA DE COCO
Para muchos insulsa, para algunos deliciosa y para la mayoría muy refrescante, el agua de coco tiene virtudes que la hacen nutricionalmente interesante y supone de cierta ayuda para tu plan de belleza veraniego.
Algunas de estas virtudes del agua de coco son:
- Hidratación extra: Aporta minerales como el potasio, el magnesio, sodio, yodo, selenio y zinc, que son fundamentales en épocas de calor, cuando se suda mucho y hay que reponer. O sea, también para deportistas.
- Antioxidante: Contiene zinc y selenio, dos potentes antioxidantes, y es muy rico en ácido láurico, un potente antiviral que al ser ingerido recorre todo el aparato digestivo actuando como un bálsamo.
- Pro-luminosidad: Su aporte de fibra y las enzimas bioactivas que contiene hace que sea un excelente aliado contra el estreñimiento y esto se refleja en la luminosidad de la piel.
- Anti-celulítico: Contiene una gran cantidad de oligoelementos como el cromo, aluminio, cadmio, flúor y manganeso, ideales para evitar la retención de líquidos.
OBLIGARSE A BEBER
En plena ola de calor, cabe reflexionar un poco sobre lo que dicen los expertos: en el momento en que sentimos sed, el cuerpo ha perdido ya una media de más de medio litro de agua.
Además, a veces el calor te quita el apetito (aunque no la sed) y a todo esto se une que, por salud, hay que intentar beber al menos dos litros de líquido al día.
Conclusión: si el agua te da pereza, no te lances a los refrescos. Bebe algo que realmente contenga nutrientes: zumo natural, bebida vegetal o ¿por qué no? Agua de coco.
El agua de coco contiene cinco electrolitos esenciales: potasio, calcio, sodio, magnesio y fósforo, que ayudan a la reposición de los minerales perdidos
Es muy diurética, por lo que ayuda a la función renal y evita los cálculos renales. Favorece la curación de piedras en el riñón y la uretra.
El agua de coco tiene tan solo 46 calorías por vaso y su contenido en azúcar es una quinta parte del de otros zumos naturales de frutas.
Conviene a los deportistas por su aporte de potasio: Contiene 295 mg. de potasio, más que un plátano, lo que regula los latidos del corazón, la presión arterial y la función muscular, además de mejorar el conocimiento cognitivo.
Es fuente natural de vitamina C. Como muchas otras frutas tropicales, el coco es una buena fuente de vitamina C y en el agua de coco encontramos hasta 25 mg de esta vitamina, que supone el 31% de la RDA (Cantidad Diaria Recomendada).
