¿Si me exfolio se me va el moreno? • Guapísimas

Si alguna vez has sido una incauta y te has quemado la piel con el sol, habrás comprobado cómo, pasados unos días, te pelas como un reptil y la piel que sale en virutas está oscura, bronceada.

Eso te puede hacer pensar que el moreno es una simple capa de piel que se cae a la primera de cambio. Pues bien, no. Ni es una capita exterior ni se cae por exfoliarla.

Para entender esto, conviene analizar exactamente qué es el bronceado. También conviene saber por qué los expertos en cuidado de la piel recomiendan exfoliar la piel en verano.

Vayamos por partes.

Qué es el bronceado

Desde Heliocare nos explican por qué la piel se oscurece (más o menos, dependiendo del fototipo de cada uno) cuando se expone al sol:

El bronceado se produce por la activación de la síntesis de la melanina, que es el protector natural base y diferente en cada persona, un pigmento color negro o pardo que se deriva del aminoácido tirosina y que fabrica nuestro organismo cuando nos exponemos al sol”.

Adaptada esta explicación, en plan Barrio Sésamo, sería algo así: cuando la radiación del sol alcanza la piel y penetra su primera capa, la melanina abre la sombrilla marrón para proteger el ADN de las células.

En ese momento, el daño ya está hecho –es importante saber que el mero bronceado es un daño cutáneo- pero es menor que si no estuviera la melanina ahí para desplegarse y proteger cual toldo.

De esto se extrae que esa coloración dura lo que tarda la piel en caerse, que son 28 días, un ciclo completo de renovación celular.

Los expertos insisten: la exfoliación no se lleva el moreno por delante.

El color está más “dentro” (para entendernos) que la capa de piel que es capaz de retirar un exfoliante.

¿Por qué recomiendan exfoliar en verano?

Tanto en el cuerpo como en el rostro, el bronceado trae consigo un engrosamiento de la capa córnea, lo cual hace que la piel se deshidrate con mayor facilidad y se vea apagada y cetrina.

Además, cuando está expuesta al sol, a la piel le cuesta más eliminar las células muertas y que las más frescas, aún bronceadas, salgan a la superficie.

Por eso está bien exfoliar, porque eso estimula a que suban a la superficie células nuevas que están bronceadas, por lo que la piel de tono dorado se ve más bonita y luminosa.

Además, si te has puesto bastante morena (y más si no te has quemado y aún más si has usado SPF muy alto), el acto de exfoliar ayuda a que la desaparición del color sea más progresiva y suave.

Y llegados a este punto, ¿sirve cualquier exfoliante? Sí. Pero recuerda usar uno específico en el rostro, que sea suave y/o cuyas partículas de arrastre no dañen ni irriten. Si prefieres una alternativa al exfoliante convencional, aquí tienes unas ideas.

Eso sí, la exfoliación en verano tiene una norma que no puedes saltarte: nunca te exfolies si vas a salir al sol. Siempre de noche y, después, hidratando como si no hubiera un mañana.