Los objetivos, abordajes y materiales no son los mismos que para las mujeres
Si eres de los que piensas que el hombre todavía no ha aterrizado en las consultas de los médicos estéticos y que no busca pincharse bótox, hacerse infiltraciones de ácido hialurónico o darse unas vitaminas, que sepas que te quedaste atrás.
Revisando la previsión de tendencias en medicina estética para 2019, el doctor José Vicente Lajo Plaza, Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia y Diploma de postgrado por la Universidad Autónoma de Barcelona en bases clínicas en medicina y cirugía cosmética, director del centro médico homónimo, descubre que nos encontramos ante una masculinización de la estética:
“Se estima que ya el 15% de los hombres se someten a tratamientos de medicina estética, y el porcentaje aumenta cada año”, nos cuenta. De esos tratamientos, los más demandados son los que masculinizan las facciones. “Centrados, sobre todo, en el tercio inferior del rostro” (Dr. Lajo Plaza)
La visita al médico estético o al dermatólogo por parte de los hombres que, como decimos, es cada vez más frecuente, tiene sus propios objetivos y abordajes.
Hombres y mujeres no se pinchan igual. Ambos quieren prevenir el envejecimiento y tener el mejor aspecto posible pero, para conseguirlo, usan diferentes técnicas con diferente intención.
Así al menos lo afirma el doctor Leo Lerrud, Licenciado en Medicina y Cirugía, Máster en Medicina Estética por la Universidad de Alcalá y tutor de tesis del Máster de Medicina Estética y Antienvejecimiento de la Universidad Complutense de Madrid (doctorleocerrud.com), que también explica esas diferencias:
“De los pacientes de medicina estética, el 70% son mujeres; el 30%, hombres. La mujer empieza a solicitar tratamientos de medicina estética a los 35 años; el hombre, a los 45. Ni se pinchan las mismas zonas, ni con la misma frecuencia, ni con igual objetivo. Ellas quieren rejuvenecer, ellos quieren gustar”.
Para empezar, ambos no tienen la misma intención, no se pinchan con la misma frecuencia en las mismas áreas ni con los mismos materiales, desvela el doctor Lerrud.
Otras diferencias son:
En un rostro masculino, con la aguja se busca sobre todo enfatizar los ángulos del contorno facial, el soporte del rostro: mandíbula y mentón, es decir, remarcar la masculinidad. La intención es también disimular el cansancio y los signos de la edad.
Según nos cuentan, son muchos los estudios que aseguran que las mujeres se suelen sentir atraídas por hombres de mandíbulas prominentes. El problema es que, con el paso de los años, aparece la flacidez, el rostro se descuelga y pierde su forma.
El Dr. José Vicente Lajo Plaza lo explica de esta forma: “Los hombres sienten que cara y cuello se juntan, especialmente los que acostumbran a llevar traje y corbata. Este look luce mejor en rostros con mandíbulas marcadas, que formen un ángulo de 90 grados marcando la forma del cuello. De lo contrario, parece que la mandíbula se desparrama por el cuello de la camisa”.
El Dr. José Vicente Lajo Plaza propone el Tratamiento rejuvenecedor de cuello y línea de la mandíbula “Específico hombres”.
Es un protocolo que consigue proyectar y rejuvenecer la línea de la mandíbula mediante infiltraciones con microcánulas. Un tratamiento indoloro, rápido, y de efectos inmediatos. El rostro se vuelve más atractivo, la mandíbula se ve más fuerte y el mentón, más marcado.
Las microcánulas son de 70 mm. de longitud. A través de un único punto de entrada por cada lado del rostro, se realiza el abordaje, entrando por detrás del músculo masetero.
La elección de un tipo de material de infiltración u otro depende de la fisionomía de cada paciente. En caso de una mandíbula de hueso marcado, se usa ácido hialurónico y, en el caso de que no sea así, hidroxiapatita cálcica.
Se trata de un procedimiento sencillo: un solo pinchazo por cada lado del rostro, en tiempo récord, sin dolor, sin hematomas ni señales, sin necesidad de recuperación y sin anestesia.
Los resultados son espectaculares: ángulo mandibular más proyectado, ni rastro de descolgamiento, la mandíbula se cuadra, más definición en la separación cara-cuello y rostro más rejuvenecido.
Otra de las grandes ventajas de este tratamiento es que, en la misma sesión, se puede utilizar la misma punción para abordar, tensar, suavizar o rellenar otras zonas como el surco nasogeniano, los pómulos o las comisuras de los labios para un efecto rejuvenecedor integral.
El Dr. Lajo Plaza asegura que con una sola sesión ya se ven los resultados e incluso suele ser suficiente. Después de un mes, se programa una revisión para observar la progresión y posible conveniencia de retoques, ya que el Dr. Lajo Plaza siempre prefiere ser cauto y optar por un tratamiento gradual, que resulte totalmente natural e indetectable.
El precio del tratamiento oscila entre los 800 y los 1200 euros. Más información: centromedicolajoplaza.com
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