Argumentos a favor y en contra de esta limpieza profunda que se ha instalado en nuestra rutina
Quienes están a favor de la exfoliación como paso en la rutina de belleza (sea suave y diaria o más intensa y semanal) señalan que, aunque básicamente sirve para eliminar las células muertas de la epidermis, este gesto también conlleva múltiples beneficios: ayuda a oxigenar, alisar, iluminar y cerrar los poros.
Gracias al masaje que se realiza (cuando el peeling es mecánico), se estimula de forma periférica la circulación linfática y venosa, que se traduce en una sensación de buena cara.
Sostienen que exfoliarse es cuasi-obligatorio si se quiere sacar pleno rendimiento de mascarillas, sueros y ampollas concentradas ya que solo libre de células muertas se halla en las mejores condiciones de receptividad para absorber cualquier producto que se aplique posteriormente.
Como última ventaja, y es aquí donde los expertos no se ponen de acuerdo, quienes defienden la exfoliación explican que, sean químicos o físicos, los exfoliantes producen un efecto estimulador sobre el metabolismo celular.
Cuando la capa córnea se ve liberada de células muertas, la piel se pone a trabajar para reponer la carencia, ya que la renovación celular se ralentiza a partir de los 25 años. No todos los expertos ven en esto algo bueno.
Dicho todo lo anterior, cabe reseñar que existe cierta alarma entre los expertos en piel más conservadores, ya que el uso indiscriminado y las altas concentraciones de exfoliantes químicos pueden provocar una renovación celular acelerada (más allá del 20%) que puede provocar picor e irritaciones.
El origen de muchas de las rojeces de las que se quejan algunas mujeres a lo largo y ancho de Internet proviene de haberse empleado demasiado a fondo o con el producto equivocado para limpiar su piel en profundidad.
Sin ir más lejos, en las etiquetas de los peelings químicos que utilizan hidroxiácidos para ese efecto de levantar la piel muerta y estimular la de debajo, pone que no son recomendables para las pieles sensibles y reactivas. ¿Por qué? Porque pueden provocar cambios en el pH de la piel y debilitar una capa córnea que, de por sí, ya tiene mermado el efecto barrera contra las agresiones. Esta barrera que, para colmo de males, está permanentemente siendo agredida por la polución, el sol, el estrés, la luz azul de las pantallas, etc.
Es importante mantener nuestra barrera defensiva (llamada estrato córneo) en las mejores condiciones de fortaleza, ya que es donde se paran los golpes que recibe la piel. Una alta concentración de activos exfoliantes o un peeling con grano demasiado grueso o irregular puede dañar la barrera, reduciendo su grosor. Hay que tener en cuenta que el estrato córneo no debe liberar más de una capa de células al día, pues es lo que la piel hace normalmente, sin ayuda de peelings mientras es joven.
Para abundar en estos daños que puede provocar una exfoliación incontrolada, el doctor Pedro Catalá, farmacéutico, cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty nos da una premisa, que comparto: con una buena limpieza diaria basta. Ahora, sus ocho motivos para no exfoliarse:
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