Vitamina C: Ni mancha, ni se oxida, ni te sensibiliza al sol • Guapísimas

Vitamina C: Ni mancha, ni se oxida, ni te sensibiliza al sol

Desmentimos 6 mitos que circulan sobre la vitamina C

El universo de freaks de la belleza –y cada vez más la gente joven- no puede prescindir de este activo cosmético en su rutina de belleza. Coloquialmente conocido como vitamina C, en realidad se trata de ácido ascórbico.

Es la forma más eficaz de esta vitamina a nivel cosmético, aunque no la única. Nos encanta porque aporta luminosidad inmediata y es una gran defensa antioxidante frente a los radicales libres del sol, el tabaco, la polución, la luz azul de las pantallas o el estrés.

Qué hace y cómo se aplica la vitamina C

Sus puntos fuertes, menos conocidos, son: una gran actividad contra las manchas y una ayuda para la síntesis de colágeno, que contribuye a sustentar cierta firmeza y disminuir la aparición de arrugas.

Se usa, bien por la noche, varias veces a la semana, para que tu piel haga reservorio antioxidante, bien cada mañana si, a ese beneficio, quieres sumar su capacidad iluminadora.

Asegúrate siempre que se ha absorbido completamente y lava bien tus manos al terminar.

6 mitos falsos sobre la vitamina C

Alrededor de la vitamina C en su uso cosmético circulan muchos mitos, casi todos falsos. Con ayuda de Rubén Rubiales, farmacéutico y CEO de Lesielle –firma experta en activos-, desmentimos los más recurrentes.

1 La vitamina C mancha

Es decir, provoca manchas. Absolutamente falso. No solo no mancha la piel sino que, de hecho, su acción es la contraria: despigmenta la piel. “Este mito puede venir de una cierta confusión porque lo que sí es cierto”, como explica Rubiales, “que hay que lavarse las manos después de extenderla ya que podría oxidarse y manchar las uñas de forma temporal”.

2 La vitamina C no se puede mezclar

Es decir, es incompatible con muchos ingredientes. No es cierto. La vitamina C es compatible casi con cualquier activo, incluidos la vitamina B3 y hasta con el retinol. En  ocasiones se han considerado incompatibles por culpa de unos estudios que se malinterpretaron.

Rubiales afirma: “investigaciones científicas aseguran que la combinación de estos dos activos no sensibiliza la piel más que los activos por separado. Pueden integrarse perfectamente en un mismo tratamiento, aunque tengan pH distintos”. Diferente es que ambos activos puedan convivir en una fórmula (ya que requieren pH diferentes) y es por eso que suelen estar en productos diferentes. Como explica el farmacéutico, la vitamina C incluso refuerza la acción de la vitamina A con sus propiedades antioxidantes, mientras que el retinol se encarga de suavizar visiblemente las arrugas y líneas de expresión.

3 La vitamina C es fotosensibilizante

Es decir, no puede usarse si después nos da el sol. Tampoco es verdad.

Hay un rumor muy extendido que dice que no se puede utilizar vitamina C si vamos a estar un rato al sol, pero no hay ningún problema. Es más, siempre que se use protección solar a continuación, ayuda a prevenir el fotoenvejecimiento y refuerza la acción del protector”.

4 La vitamina C no es para la piel sensible

Decir que  las pieles sensibles deben prescindir de la vitamina C es falso a medias. Siempre dependerá de la persona y del tipo de vitamina C. En su forma de ácido ascórbico sí puede resultar algo irritante en algunas pieles sensibles pero, como aclara Rubén Rubiales, “en esos casos, se usa una forma estabilizada más suave, llamada Ascorbyl Glucoside, que resulta absolutamente segura”.

5 La vitamina C ensucia los poros

No. Si ocurriera, se debería a una oxidación de la vitamina C. “Si se limpia bien la piel y se exfolia con asiduidad con otros activos exfoliantes como el ácido salicílico, podemos prevenirlo y seguir beneficiándonos de sus propiedades” aclara Rubén Rubiales.

6 La vitamina C se oxida

Es decir, es poco estable y la luz y el aire la degradan. Es cierto, pero dependerá de la estabilidad de la fórmula y el envase elegido. Como señala el experto, “siempre hay que evitar cosméticos con vitamina C o retinol que vengan en tarros tradicionales (los que permiten meter el dedo), en especial los de cristal translucido o transparente pues se degradarán con facilidad por la acción de la luz o el calor y el aire. ¿Lo ideal? Envases airless opacos que permiten que los activos se mantengan frescos y estables por más tiempo”.

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