Las fragancias frescas son para el verano, pero quizá no por lo que imaginas
Brujuleando por Instagram, me encontraba hace un par de días un post en el feed de La Academia del Perfume (@academiadelperfume) que invitaba a reflexionar sobre “los perfumes en las zonas de costa”.
Lanzaban sus expertos una duda a quienes están ahora mismo cerca del mar: ¿Notas que últimamente tu perfume tiene una mayor fijación? (Querían decir que si dura más…)
Si es que sí, la Academia te explica: “La razón es que la humedad del ambiente mantiene la piel mucho más hidratada, lo que favorece que el perfume persista durante más tiempo en nuestra piel”.
Y añadía este tip: Evita exposiciones directas al sol tras haberte aplicado perfume en la piel.
Este post despertó una de las dudas que me planteo cada año y que, además, más me plantean las guapísimas en redes.
Con qué y cómo perfumarse en verano. Eterna duda, resuelta por el Oráculo de la Belleza:
Se suele decir que el clima cálido no es apropiado para usar perfumes fuertes. Puede ser cuestión de apetencia… Normalmente, buscamos en la vaporización de nuestra fragancia un chute de bienestar, de frescor. Por eso, casi todos los perfumes tienen en sus salida cítricos y otras notas chispeantes.
En verano, mucho más. ¿A quién le apetece oler algo muy intenso en un momento de luz cegadora y calor?
Por la noche, es otro cantar. Ahí sí que puede funcionar una gotita de tu más preciado elixir.
En general, sí. Tanto la alta temperatura como el exceso de luz solar directa hacen que algunas composiciones olfativas se degraden.
Esta reacción puede provocar irritación en la piel. Quizá por ello se impone cambiar el perfume por otros formatos más ligeros como las aguas frescas y brumas perfumadas sin alcohol y, además, usarlas en zonas del cuerpo que no van a estar directamente expuestas al sol.
“Es un buen momento para probar las brumas de pelo y cremas corporales perfumadas”, explica Isabel Fernández, dueña de la mítica Perfumería Nadia de Madrid (nadiaperfumeria.com).
Además, los propios aromas cambian. En verano a casi nadie le apetece la faceta más intensa de las notas olfativas. Se aparcan maderas, almizcles, especias… El oud, el ámbar, el ambroxol…
Se agradecen notas salinas u oceánicas, también cítricas y herbáceas. Higuera, ozono, naranja, musgo, coco…
Aunque, finalmente, las normas no sirven tampoco para nada. “Al hablar de perfumes, lo ideal es no dejarse llevar por normas, sino que cada uno descubra lo que realmente queda bien en su piel”, concluye Fernández.
ATENCIÓN: En el cambio de armario de perfumes, ten en cuenta que cuando el sol comienza a incidir con intensidad hay que esquivar ingredientes que puedan ser fototóxicos, como la bergamota, el almizcle y el alcohol.
También en verano cambia el “cómo” perfumarse. Las altas temperaturas obligan a cambiar el modus operandi. Laura Romero, directora de formación de fragancias de Guerlain, explica las siete normas de la perfumería estival:
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