¿Sirven de algo las neveritas para cosmética? • Guapísimas
Mini neveras para cosmética
Lociones, mascarillas, contornos de ojos refrescantes... algunos productos funcionan mejor en frio - FOTO: Pinterest

¿Sirven de algo las neveritas para cosmética?

El frío puede beneficiar, perjudicar o resultar indiferente, según el producto

Con el boom comercial de las mini neveras para cosmética, leo a diario en redes que mantener en frío los productos de belleza puede prolongar su vida útil, una vez abiertos.

El motivo que esgrimen es que cada vez se usan menos conservantes en las fórmulas (lo cual, hay que decir, tampoco es cierto) y que incluso muchos productos de cosmética natural carecen de ellos.

En lo que no se paran a pensar es en que pueden ser fórmulas auto-conservantes o que tienen un PAO (tiempo durante el cual se debe consumir, una vez abierto) más corto de lo normal.

Dicho todo esto, si bien es cierto que los expertos siempre defienden que el calor o la humedad excesiva que puede darse en tu cuarto de baño no conviene prácticamente a ningún tipo de producto de belleza, también lo es que no todos ellos se ven beneficiados por la oscuridad y el frío excesivo. Es más, algunos se pueden deteriorar.

Lo más importante para que un cosmético no se estropee antes de que se cumpla su PAO es conservarlo a temperatura ambiente, lejos de fuentes de calor y sin que le dé la luz directa.

Desde la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) nos aclaran: “Los productos cosméticos están evaluados para un uso normal: temperatura ambiente, lejos de fuentes de calor y sin que le dé la luz directa. En principio, no es necesario meterlos en la nevera y, en algunos casos, puede llegar a ser contraproducente ya que podrían tener lugar efectos que no están evaluados por el fabricante”.

Por ello, cabe analizar este fenómeno, tratando de no quedar enredados en las redes del marketing y valorar qué productos necesitan un extra de frío, qué productos es mejor tenerlos a temperatura ambiente y para qué productos es totalmente indiferente el frío.

Por supuesto, todo esto sabiendo que no hace falta tener una cuqui-nevera estilo kawaii rosa chicle y con pegatinas de gatitos, al estilo de las series coreanas para adolescentes. Se pueden poner en la nevera normal, al lado de la lechuga.

Ahora bien, si no quieres levantarte con los ojos como un besugo y, en lugar de aplicarte tu contorno de ojos fresquito, acabar con un pegote de mostaza sobre la mejilla, quizá si te convenga tener una de estas mini neveras de cosmética. Es un capricho tonto, lo sé.

¿NECESITAS UNA MINI-NEVERA PARA COSMÉTICA?

Decía que hay un boom comercial de neveritas para refrigerar sueros, cremas y otros productos de belleza. Ya existían desde hace mucho tiempo este tipo de productos portátiles, de poca capacidad (entre 4 y 17 litros) para llevar en el coche, tener en despacho con bebidas o para mantener frías plumas de insulina fuera de casa, por ejemplo.

Ahora se usan como parte del tocador. Las venden estilo retro y con cuidado diseño para gustar al público femenino. En tonos pastel, con decoraciones y pegatinas… como un elemento decorativo más que forme parte de la ilusión que supone cuidarse cada día.

No son neveras al uso. El tamaño ideal para que quepan cosas pero no ocupe mucho espacio es siete litros.

Normalmente tienen varias estanterías para aprovechar mejor el espacio (dado que los cosméticos, en general, vienen en envases pequeños) y la puerta está destinada a meter sobres de mascarilla o gadgets para masajear la cara que normalmente es mejor usar fríos.

EL DELIRIO DE LA MINI-NEVERITA

Algunas marcas van mucho más allá. Sin ir más lejos, la alemana Biszet propone en su web neveras con tres zonas climáticas: 12°C en el compartimento superior, para cosméticos que lleven colágeno. Otro de 10°C en el centro perfecto para cosméticos de ingredientes naturales y la balda baja, que está entre 5 y8°C para sueros y ampollas de vitaminas.

Una de las abanderadas de esta nueva corriente pro-neveritas es Michelle Lee, la directora de la revista de belleza Allure, que en su cuenta de Instagram contaba hace poco: “Me estáis preguntando por qué enfrío algunos productos de cuidado de la piel. El dermatólogo Joshua Zeichner me contó que, aunque no todos, algunos productos duran más en mejor estado si se guardan en la nevera. Además, sostiene el médico, la sensación refrescante tras aplicar un producto frío, puede calmar el picor, mucho más de lo que puede hacerlo otro a temperatura ambiente”. Y añade: “Yo sobre todo enfrío mascarillas relajantes, lociones y tónicos, rodillos de masaje facial y algunos cosméticos naturales”.

¿QUÉ METO Y QUÉ DEJO FUERA?

Quizá alguna vez hayas entrado en una tienda Lush y te hayan recomendado guardar en frío alguna de sus mascarillas frescas. Tiene sentido. Si son fórmulas 100% naturales son como comida, que no se puede conservar a temperatura ambiente.

Por lo tanto, si eres aficionada al DIY y haces tus propias fórmulas con azúcar, aceite de oliva, semillas, leche, etc. déjalas siempre en la nevera y no esperes tampoco una vida útil más allá de un par de semanas o diez días. Ojo, que se ponen rancios y luego lloráis con las reacciones en la piel.

A FAVOR DEL FRIO

  • Siempre nos dicen las expertas en estética que guardemos el contorno de ojos en la nevera, si buscamos un mayor efecto anti-bolsas o descongestionante. En ese caso, este producto sería candidato a la neverita.
  • Por otro lado, después de una noche bailando cualquiera puede sentir el beneficio de masajear sus pies y piernas con la típica crema de mentol que, pasada por la nevera, duplica su efecto refrescante, como es lógico.
  • Las esencias o lociones en spray que vaporizamos sobre el rostro durante todo el día para sentir un plus de hidratación sobre la piel cansada, también pueden aportar algo más si se aplican frías.
  • Lo mismo pasa con la loción aftersun. En caso de no llevar ningún tipo de aceite, también pueden ponerse en la mini-nevera. Si usas como reparador solar un aloe vera natural al 100%, puedes meterlo en la nevera y aplicarlo después de la ducha para un extra de calma.
  • ¿Qué más podemos meter en la nevera? Los rodillos de masaje facial y los productos que tengan como aplicador un cabezal de metal o cerámica. Siempre, eso sí, que las fórmulas sean base en agua y oil free. Como el efecto frío es vasoconstrictor, en este caso es útil para deshinchar los ojos.
  • Dicen en redes que uno de los productos que más se beneficia del frío es el esmalte de uñas. Por lo visto, con un calor excesivo, se activan los disolventes de la fórmula y la laca adquiere una consistencia gruesa y pegajosa, lo cual dificulta mucho e incluso imposibilita su aplicación. Yo tengo que decir que jamás he visto un local de manicura, por lujoso que fuera, con una nevera de esmaltes y, por otro lado, sé que si se produce esa separación de fases (disolventes y demás ingredientes), basta con agitarlas enérgicamente.
  • Ahora bien, si a pesar de todo decides guardar las lacas de uñas en la nevera, sácalas con antelación ya que, para aplicarlas, necesitarás que estén otra vez a temperatura ambiente.

FOTO: Amazon

ACEITES, PERFUME Y MAQUILLAJE, FUERA

  • Nunca metas en la nevera un cosmético que corra el riesgo de solidificarse. Por ejemplo, aceites faciales o capilares, formulas a base de ceras, bálsamos, primers con silicona o nada que tenga aceite, en general.
  • En cuanto a los perfumes, la norma básica para que se conserven en las mejores condiciones es no dejarlos cerca de una fuente de calor (radiador) o en un estante al lado de una ventana por la que entra el sol, por ejemplo. Pero el frío de una nevera tampoco es la solución. El excesivo frío puede deteriorar el equilibrio de las exquisitas creaciones perfumísticas y pervertir su aroma, perdiendo además cierta intensidad. The Fragrance Foundation advierte: Ni mucho calor ni mucho frio. Ante temperaturas extremas, sean frías o cálidas, un perfume pierde el equilibrio entre sus notas. O sea, es como si se rompiera.
  • En no meter maquillaje en la nevera parece que estamos todos de acuerdo. Barras de labios, sombras de ojos, máscaras de pestañas y demás productos, siempre a la sombra pero a temperatura ambiente. Si donde los dejas normalmente hace mucho calor, busca un sitio más fresco. Pero nada de nevera.

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