Cada año lo cuentan las noticias: una de cada dos españolas se quema cada año con el sol. De hecho, desde aquí ya advertimos que este año, debido al confinamiento, sería aún peor.
Te podrá parecer imposible, dada la cantidad de información que existe relativa a este riesgo, pero es que hay personas que no asumen su fototipo.
Cuando tienes la piel blanca, el pelo claro y los ojos azules, si te pones al sol te vas a quemar. Tienes que usar un fotoprotector de amplio espectro, alta protección y resistente al agua y la arena, para extremar las precauciones. A veces, ni así.
Pero no solo las pieles claras (las personas con fototipos I, II y III) son vulnerables a la quemadura solar. En ese grupo hay que incluir a los niños, las mujeres embarazadas, los pacientes con fotodermatosis y enfermedades fotosensibles, los pacientes en tratamiento con fármacos fotosensibilizantes, los pacientes que reciben tratamientos inmunosupresores, los pacientes con antecedentes de cáncer cutáneo y/o lesiones precancerosas.
Qué hacer cuando ya te has quemado
Ricardo Ruiz, dermatólogo y director de la Clínica Dermatológica Internacional (Madrid) te da sus mejores consejos expertos:
- Es fundamental aplicar frío a la zona dañada, bien en forma de geles o mediante compresas frías
- El segundo paso es hidratar profundamente la zona con cremas muy nutritivas que no contengan perfumes ni excesivos conservantes.
- En ocasiones la vaselina pura funciona muy bien.
- Nos gusta recomendar cremas con cortisonas suaves y antibióticos tópicos para acelerar la cicatrización y evitar infecciones.
- Y, por último, lógicamente, evitar la exposición solar en una semana.
Por qué no hay que quemarse
El problema no reside en tomar el sol sino en acumular horas de radiación que van menguando nuestro capital solar. Y, por supuesto, lo fundamental es no quemarse.
“Las quemaduras solares tienen consecuencias en nuestra piel a medio y largo plazo. Probablemente es el factor que más envejece nuestra piel, manifestándose tiempo después en forma de arrugas y manchas. También está demostrado que quemaduras solares durante la infancia aumentan el riesgo 10 veces en la posibilidad de padecer melanoma maligno”, alerta el Dr. Ruiz.
Ten siempre a mano un gel de aloe vera puro. Es un básico de botiquín que repara pieles dañadas, regenera y calma la piel con quemaduras solares, en picaduras de insectos y quemaduras domésticas.
Para que el sol nunca te pille desprevenido, recuerda aplicar siempre por todo el cuerpo protector solar veinte minutos antes de ir a la playa y la piscina.
Y si no vas a ir a la piscina o la playa pero hace mucho sol, recuerda que la ropa te cubre el cuerpo, pero el rostro está siempre expuesto.
No dejes de usar protector solar debajo del maquillaje, sin olvidar reaplicar a lo largo del día aunque vayas maquillada. Existen productos específicos para protegerte del sol cuando vas maquillada.