A estas alturas, ya todos sabemos que la cosmética caduca. Pero, al igual que no todos tenemos el olfato de un pointer para distinguir una leche estropeada de otra que todavía puede consumirse, con la cosmética es complicado saber si se ha pasado de fecha.
Cuando un cosmético, cualquiera sea su uso, se pasa de fecha, pierde sus propiedades y puede ser irritante. Doblemente peligroso es que se use un solar caducado, habida cuenta de lo que se espera de él.
“Si usas un protector solar estropeado, ten claro que ya no se asegura la protección que aparece en el envase y, por lo tanto, el riesgo de no ir correctamente protegido y la posibilidad de sufrir una quemadura solar, el empeoramiento de manchas o lesiones aumenta. Y aquí ya hablamos de cuestiones de salud”, aclara Pablo García, farmacéutico dedicado a divulgación sanitaria en su blog Medicadoo.
La consecuencia inmediata es que no nos protegerá del sol como debiera e, incluso, podría ser dañino para nuestra piel ya que si su composición se ha visto alterada podría contener sustancias que agresivas para nuestra piel. Así lo defiende Cristina Biurrun, Directora Científica de L’Oréal España, que recomienda: “No debemos utilizar nunca un producto solar que esté caducado o en mal estado”.
¿Cómo saber si mi solar ha caducado?
La forma de saber si se te ha pasado de fecha es diferente si la has abierto o no. Y, una vez abierta, cuánto tiempo ha pasado y en qué condiciones ha estado. Cristina Biurrun nos ayuda a averiguarlo:
“La fecha de caducidad es la fecha límite hasta la que el fabricante garantiza el correcto estado del producto, contando desde su fecha de fabricación, sin que se haya abierto el producto”, explica. Sabemos por fuentes expertas que un solar tiene una duración equis antes de ser abierto en el que el estado del producto se mantiene inalterado, siempre y cuando haya sido almacenado en condiciones óptimas de temperatura y humedad.
Si no sabes cuánto tiempo es eso, atenta: “Cuando un cosmético tiene una vida útil inferior a los 30 meses, en el envase va a aparecer una «fecha de duración mínima». Para los productos que tienen una vida útil superior a los 30 meses, no es obligatorio poner esa fecha de duración mínima (Pablo García)
Ahora bien, si ya está abierto hay que fijarse en el PAO (y tener buena memoria o, en su defecto, una pegatina y un boli). “El PAO, simbolizado en los cosméticos con un número de meses dentro de un tarro con la tapa abierta, es el tiempo en meses durante el que el fabricante garantiza el buen estado del producto desde que éste ha sido abierto por primera vez”, aclara Biurrun.
En los solares, el PAO suele oscilar entre los 6 y 12 meses. De entre los protectores solares, los aceites, al no contener agua, son los que menos se contaminan una vez abiertos, por lo que su PAO suele ser mayor (18 meses) que el de una crema, que suele ser de 12.
Si no recuerdas cuándo lo abriste o no tienes forma de saber cuándo se abrió, en la duda no lo uses o, al menos, asegúrate de no detectar en él un olor que te resulte extraño, que no sea el del producto, un color diferente o una textura del producto no homogénea.
El problema de los solares
Que se use más allá de la fecha que indica el PAO (si es que eres capaz de acordarte cuándo lo abriste), es solo el primer problema. Lo que suele ocurrir es que los protectores solares pueden deteriorarse a mayor velocidad por las condiciones en las que “viven”. La Directora Científica de L’Oréal España explica cuáles son:
“Con bastante frecuencia pueden estar sometidos a temperaturas extremas (o muy bajas cuando los utilizamos en invierno en la montaña, o muy altas en las playas durante el verano), o bien estar directamente expuestos a la radiación solar. Esto son condiciones que pueden alterar su aspecto, color, olor y/o cambiar su textura”.
¿Consecuencia? El producto no nos protegerá del sol como esperamos, con el consiguiente riesgo para la salud de nuestra piel.
En la duda, cuida correctamente del solar para que dure (al menos el periodo PAO): Evita exponerlos directamente al sol y a temperaturas extremas, tanto muy frías como muy elevadas. En un neceser forrado a la sombra estarán como reyes.
