Seguro que alguna vez has oído hablar de la doble limpieza de la piel. Es un concepto llegado de Asia que propone hacer dos limpiezas cada día. Son dos limpiezas seguidas. La primera, para retirar suciedad que tenga base grasa (maquillaje, exceso de sebo y protección solar) y la segunda, para retirar otro tipo de suciedad acumulada en la piel (polvo, polución, células muertas).
Para este primer paso, las adictas a la belleza por antonomasia, que son las coreanas, proponen el uso de productos con base grasa. Es decir, aceites y mantecas.
Si nos centramos en el aceite limpiador, vemos que todavía su uso sigue suscitando muchas dudas.
Pero primero, lo primero. Tal y como aclara Lilin Yang en el libro El arte coreano del cuidado de la piel (Yang, Lilin et al. Zenith 2018), su nombre lo dice todo: “el aceite limpiador es un limpiador formulado con ingredientes de base oleosa”.
Y añade: “Eso no quiere decir que sea como lavarse la cara con aceite de oliva. Para limpiar se emplean aceites formulados especialmente para la piel del rostro, que evoluciona mejor, o sea que son más fáciles de emulsionar que los que se utilizan para cocinar”.
Continúa Yang: Entre los aceites más comunes que encuentras en la composición de estos limpiadores se encuentran el aceite de semilla de jojoba, el aceite de alazor, de onagra, de argán, de nuez de macadamia, de coco, de semillas de girasol…
CÓMO FUNCIONA UN ACEITE LIMPIADOR
Este producto, suave y agradable de usar en todo tipo de pieles (luego hablaremos de esto) realiza una especie de efecto imán atrayendo el exceso de sebo y los restos de maquillaje y de protección solar acumulados durante el día. “Eso no lo consigue ningún gel limpiador de base acuosa, por muy bueno que sea”, sostiene Yang.
Aunque pueda sonar un poco paradójico, lo mejor que puede hacer una piel grasa es limpiarse cada noche con un aceite. Eso sí, que no sea comedogénico (es decir, que provoque la aparición de granitos, que si no hemos hecho un pan con unas tortas). Los aceites más comedogénicos son los de coco y los de germen de trigo, además de la manteca de cacao.
Pero volvamos a los aceites que son buenos para pieles grasas. Solo con un aceite, la piel que es muy grasa, logra deshacerse del exceso de sebo y suciedad. Eso es por la lipofilia (grasa atrae a grasa).
Llegados a este punto, quizá te preguntes cómo encontrar estos aceites desmaquillantes. Es muy fácil, se anuncian tal cual: aceite limpiador, aceite desmaquillante.
Normalmente sus fórmulas son bastante concentradas y hay que usar muy poca cantidad (sobre todo porque no son fáciles de aclarar).
CÓMO SE USA EL ACEITE DESMAQUILLANTE
Después de este preámbulo, aprende cómo se usa el aceite desmaquillante en cuatro pasos:
- Aplica unas gotas de aceite sobre las manos, caliéntalo y ponlo sobre la piel seca, masajeando en círculos para favorecer el efecto imán por todo el rostro.
- Aclara con agua templada. En el libro anteriormente mencionado insisten en que hay que dedicar un rato a aclarar, ya que algunos aceites limpiadores se aferran a la piel.
- Si quedan restos de maquillaje en los ojos, pasa un bastoncito de algodón humedecido
- Seca con una toalla limpia