En el libro El arte coreano del cuidado de la piel (Yang, Lilin et al. Zenith 2018) aclaran, para empezar, que estas mascarillas mono-dosis no se usan igual que las mascarillas desincrustantes que estamos acostumbradas a usar.
Primero, porque no se aclaran pasados quince minutos y, segundo, porque no limpian ni purifican la piel.
Las mascarillas coreanas de tisú se usan como extra de cuidados en la rutina de belleza, lo ideal es tres o cuatro veces a la semana, “siempre controlando que los ingredientes que contienen sean compatibles con el resto de los productos de la rutina. Por ejemplo, si la mascarilla tiene ácidos, es mejor usarla solo una vez a la semana y buscar mascarillas hidratantes con hialurónico o colágeno para el resto de los días”, explica Yang.
Para sacar todo el partido a una mascarilla de tisú hay que respetar los tiempos y el modo de colocación. Este es el protocolo perfecto:
- Lo primero, limpia la piel perfectamente. Si te has maquillado, realiza una doble limpieza.
- Usa el tónico que corresponda a tu tipo de piel
- En este caso, no hace falta usar esencia porque es la propia mascarilla la que la aporta
- Saca la mascarilla del sobre. No tires el sobre porque dentro queda un montón de producto que puedes aplicar en cuello, escote y manos mientras hace efecto.
- Coloca la mascarilla. Lo ideal es comenzar a pegarla en la frente y alinearla bien con los ojos para que no se haga una bolsa. Después, intenta que vaya pegándose a las mejillas, dando suaves toquecitos hacia abajo, sin desplazarla, hasta llegar a la barbilla.
- Si es de algodón, no se quedará pegada, así que túmbate y aprovecha para relajarte.
- Deja que actúe 15 minutos (o el tiempo que indique el fabricante)
- Retírala y, con los restos de esencia que quedan sobre la piel, realiza un suave masaje de tecleteo hasta su total absorción.
¡Atención!
En el mismo libro alertan de ciertas cosas que no hay que hacer nunca al usar una mascarilla de tisú:
- Dejarla más tiempo pensando que eso multiplicará los efectos
- Reutilizarla
- Aclararla con agua
- No esperar a que se absorba totalmente antes de aplicar la crema hidratante y el filtro solar
Un último truco: guarda tus mascarillas en la nevera para un extra de frescor que calme la piel en un día que te sientas agotada.