En la piscina, no te quedes flotando... ¡Muévete! • Guapísimas
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En la piscina, no te quedes flotando… ¡Muévete!

No te pases el rato flotando como una boya, haz una rutina rápida y fácil que trabaja todo el cuerpo

Aunque es bastante tentador, sobre todo después de esta primavera tan estresante, lanzarse al agua de la piscina y ponerse a flotar como una boya, no es lo mejor y lo sabes.

Tu cuerpo, además de descanso y desconexión, pide un poco de ejercicio para sentirse sano y a punto.

Además, las vacaciones de verano se prestan a los excesos en el plato y la copa, así que no viene mal moverse un poco para que el elástico del bikini no se clave a la segunda semana.

Como la piscina es un medio ideal para la gimnasia, hemos recopilado algunos ejercicios sencillos que puede seguir cualquiera.

Hazlos cada día o cada dos días y notarás cómo tu cuerpo lo agradece.

Los ejercicios son cortesía de Agustín Oliver, fundador de L´Anatomie (espacio de Pilates en Madrid), cuya motivación es clara:

Con el calor y las vacaciones muchas personas dejan a un lado su rutina de Pilates, por lo que recomendamos durante los meses de verano realizar ejercicios en el agua, para no perder lo que tanto esfuerzo ha supuesto durante el año”

El por qué de ejercitarse en el agua

Hacer gimnasia tiene una serie de beneficios, son estos:

  1. El agua aporta resistencia, por lo que permite mantener los músculos tonificados.
  2. Si se realizan los ejercicios de forma intensa, se queman más calorías que fuera del agua y además es más divertido.
  3. Al disminuir los efectos de la gravedad, es posible aumentar los rangos de movimiento y mejorar la flexibilidad, disminuyendo la presión de la espalda o rodillas, por lo que cualquiera se puede beneficiar de ejercitarse en el agua, sin importar edad, peso o dolencias.

Ejercicios para hacer en la piscina

Se recomienda hacer esta rutina, que solo toma veinte minutos aproximadamente, sin intervalos de descanso y al menos tres días por semana (si no se va a realizar ninguna otra actividad).

  • ANDAR: Con el agua por la cintura, recorre de un extremo al otro de la piscina, dando pasos hacia delante y después hacia atrás durante dos minutos, para ir activando y calentando el cuerpo.
  • CORRER: Sin desplazarte por el agua, levanta las rodillas y mueve los brazos, como si estuvieras haciendo running por la ciudad. Mantenlo de tres a cinco minutos e incrementa la velocidad si deseas aumentar la intensidad.
  • SENTADILLAS: Sitúate con el agua por la cintura y realiza 20 sentadillas, de la misma forma que lo harías fuera del agua. Lo ideal sería incrementar las repeticiones para aumentar intensidad.
  • SALTOS: Con el agua a la altura del pecho, realiza saltos con ambas piernas impulsándote con los pies en puntas y apoyando toda la planta al caer. Repítelo durante dos minutos, alternándolo ambas piernas.
  • ABDOMINALES SUPERIORES: Coloca las piernas en el bordillo de la piscina, manteniendo los glúteos en la pared del vaso y los brazos en el pecho. Combina abdominales cortas y largas y realiza de 20 a 30 repeticiones.
  • ABDOMINALES INFERIORES: Apoya la espalda a la pared de la piscina, con el agua a la altura del pecho y las manos sujetándote al borde sin que haya contacto con los pies. Estira las piernas cogiendo aire y llévate las rodillas al pecho expirando. Repítelo de 20 a 30 veces.
  • BURPEES: Colócate en el borde de la piscina, apoyando las manos y flexiona las piernas saltando de la piscina en un único impulso. El nivel de dificultad variará en función de lo sumergido que esté el cuerpo. Realiza este ejercicio 15 veces.
  • BICICLETA: Sin apoyar los pies en el suelo, realiza el gesto de pedalear e incrementa el ritmo para lograr un ejercicio más completo. No olvides cambiar el sentido y repite el ejercicio durante un minuto por cada sentido. Para poder flotar, ayúdate de un churro de polietileno, aunque no es imprescindible si logras que los brazos te mantengan a flote.

Después de estos ocho ejercicios, toca relajarse. Para ello, recuerda tu infancia, cuando hacías el muerto en el agua. Este simple juego ayuda a relajar la musculatura y eliminar la presión de la espalda. Además, ayuda a practicar respiraciones profundas para una mayor relajación. Intenta mantenerte durante cinco minutos.