La crema de protección solar estropea el esmalte en tu manicura y pedicura • Guapísimas

No sé a ti, pero a mí me ha pasado más de una vez que he vuelto de la playa, tras un día aplicando y reaplicando el protector solar, con el esmalte de las uñas de los pies como pegajoso…

Nunca he sabido por qué ocurría eso… y dudaba en el titular si puede ser el filtro solar quien se cargue cada verano tu fabulosa pedicura. Pues bien, parece que sí. Que es más que posible, aunque el daño será mayor o menor dependiendo de qué esmalte uses y cómo lo uses. Y, sobre todo, del filtro solar en cuestión

El esmalte de uñas dura poco en la playa

Leyendo a Raquel Marcos, química y experta en cosmética, autora del blog “Cosmética y Ciencia” y @cosciencia en Instagram, conseguimos arrojar luz sobre nuestra ignorancia.

Parece ser que lo que pasa con nuestro esmaltado en verano es que el filtro solar lo disuelve. Y lo disuelve porque lleva dentro disolventes.

Explicado en plan experto, es así, según Raquel Marcos: “Las fórmulas cosméticas necesitan disolventes (también llamados solubilizantes o solventes) para que los compuestos químicos se disuelvan y tener una emulsión homogénea. Un disolvente habitual es el alcohol denat, que puede hacer que tus esmaltes se deterioren si su concentración es elevada”.

Otro factor es el tipo de filtro que se use. Y otro más si ese esmalte llevaba capa final de protección o no. Hablaremos de eso más tarde.

En cuanto a que algunos filtros “disuelven” más que otros, Marcos lo defiende así: “Los filtros inorgánicos son óxidos metálicos duros de pelar y disolver, y en tus cremas solo están dispersos. En cambio, los filtros orgánicos se solubilizan mejor, porque al final son compuestos orgánicos. Este carácter orgánico hace que los ingredientes de los esmaltes de uñas puedan disolverse”.

Y añade: “Uno de los ingredientes principales es la nitrocelulosa que se usa como formador de película en los esmaltes de uñas. La nitrocelulosa es soluble en disolventes como el ethanol o los acetatos, lo que hará que sea el gancho perfecto para cremas solares con filtros químicos de alta protección”.

Así, pues, como ella concluye en su blog: si quieres saber si tu crema solar es de las que pueden arruinar tu crema, puedes hacer dos cosas. La fácil, mirar la composición y ver si los filtros son orgánicos o no. La más complicada pero, a la vez, divertida, es hacer una prueba.

La prueba del algodón

Pues bien, ¿lista para alucinar? La prueba ya la hizo hace tiempo Cristina Carvajal, Ingeniera Química, autora del blog Cosméticos al desnudo (@caldesnud en Instagram).

Quería saber por qué había vuelto de la playa con el esmalte estropeado y encontró en Google un blog llamado The Beauty Brains en el que se explicaba lo que más arriba he transcrito del blog de @cosciencia, es decir, que algunos filtros solares llevan ingredientes que pueden favorecer la disolución de las lacas de uñas.

Se puso manos a la obra para comprobar que, efectivamente, era el filtro solar lo que había estropeado su esmaltado.

Para ello, hizo lo siguiente: pintó cuatro uñas solo con esmalte y a la quinta añadió una capa de esmalte transparente encima, para una protección extra.

En cuatro de las uñas esmaltadas puso un pegote de filtro solar, dejó que actuara un poco y lo masajeó hasta que penetró completamente. En la quinta puso una hidratante corriente, sin filtro solar.

Pasado un rato, pasó un algodón por cada una de las cinco uñas.

En las tres que había puesto SPF sin capa extra de protección transparente, el esmalte se corrió. En unas más que en otras. En la que llevaba capa protectora, se movió pero no demasiado. En la quinta, nada pasó.

Así que, ya sabes, si no quieres que tu filtro solar estropee tu esmaltado, elige solares con filtros orgánicos y pon una capa de topcoat cada dos días, para asegurarte un color intacto.

(Raquel Marcos, una vez más, sale a nuestro rescate para que sepamos lo que compramos. Los filtros solares orgánicos más comunes, también conocidos como filtros químicos, son: avobenzone, Tinosorb, Meroxyl, octocrylene, homosalate, etc.)

¡De nada!