Todas hemos tenido un padre/abuela/amigue que nos ha fiscalizado los estilismos. A la influencer María Pombo -empresaria, 1,9 millones de seguidores en Instagram, casada y madre de un hijo- es su padre quien le sube y baja el pulgar.
Papín (así es como le llaman sus niñas), pone con frecuencia el foco, no en la ropa ni en los complementos, sino en una faceta en la que a María le gusta innovar: la manicura. Parece ser que, desde hace tiempo, a la influencer y próxima concursante de “El Desafío de Antena 3”, le gusta ir semanalmente a cambiarse las uñas.
Lo hace en un coqueto centro en la zona norte de Madrid llamado Maison de la Beauté.
Pues bien, presentaba María su nueva manicura la semana pasada, mostrando lo que llama “uñas petit suisse” y, queriendo influir en la opinión de Papín, le preguntaba: “Mira, veraniegas y en colores claritos”… A lo que el papín en cuestión entraba como un mihura:
“Muy veraniegas, sí, parecen muy discretitas, pero me gustan. Sé que tengo que modernizarme un poco y esto es un primer paso”, le decía por audio-WhatsApp, sin resistirse a dejar muy claro su punto de vista habitual:
Me gustan, pero nada como esa uña que es perfecta de tamaño y de largo, pintada en tono clarito”.
El tono clarito
Parece ser que el concepto tono clarito es para el padre de las Pombo sinónimo de perfección manicuril, algo que se deduce si sigues mirando fotos, schroll down en su feed. Llevada por la curiosidad, eso mismo hice y encontré más conversaciones (que publica para que todos leamos) donde detecté cómo había empezado esta historia.
Al revisar sus publicaciones, me encontré con un montón de instantáneas donde se ve que a día de hoy María parece atender al sabio consejo paternal, habida cuenta que las primeras uñas que mostró a su comunidad eran berenjena, verde musgo, granate, ¡incluso negras! y, poco a poco, ha ido mutando a tonos más pastel.
Para muestra, estas que hemos seleccionado. En cada una de ellas puedes leer la diatriba padre-hija.
Las manicuras de María Pombo:
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- Las uñas “Petit Suisse” pueden ser las primeras en las que Papín transija; eso sí, porque son tonos claritos… 🙂
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- Cuando María puso a prueba esta manicura tipo francesa en rosa palo con tips rosa chicle, la reacción de Papín no se hizo esperar: “¿Que si me gustan? Rotundamente, no. Y te explico por qué: Parece que se te han ido despintando. Si te atreves con ese tono, te atreves con la uña entera. Pero ¿la puntita nada más? No lo veo, no. Y mamá piensa lo mismo”. Hala, p’a que vuelvas.
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- Las uñas “Kinder Bueno” tampoco ablandaron al implacable Papín: “¿Bien? Pues la verdad es que no. Parece que hubieras metido las manos en un bote de nocilla de esos que son mitad blanco, mitad marrón. No, no me gustan. Lo siento, mi niña”. Sigue intentándolo, María.
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- Con esta elección, María no las tenía todas consigo. Papín se abrió, por fín: “Hijuca, me gustan. He tenido un momento de duda, pero sí. Son claritas, los tonos combinan muy bien. Me gustan… me gustan… Me hubieran gustado más un poco más claritas aún, pero están bien. ¡Y son originales!”. Uf… María hoy dormirá del tirón.
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- Ante este delirio manicuril de uñas amarillas con decoración Acid House, Papín sorprendió a propios y extraños. Dio un like y comentó: “¿Que si me gustan? Tengo que decirte que ¡mucho! Los colores claros me gustan casi siempre”. ¡Ding, ding, ding, Jackpot!
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- Sobre estas parece ser que Papín no quiso pronunciarse. Le alabamos el gusto. El momento berenjena pastel con ying-yang… Pasamos palabra.
Parece que el culebrón Papín y las uñas de la discordia no ha hecho más que empezar. Seguiremos informando…
