¿Hidratar o nutrir el pelo? • Guapísimas

En ocasiones, vemos nuestro pelo estropeado y decidimos hacer algo por él. Sin saber dónde está el error, utilizamos los términos inútil “nutrir” e “hidratar” el pelo casi como si fueran sinónimos. Y no lo son.

De hecho, ambos remedios no tienen nada que ver. Es importante, a la hora de ir a comprar un champú, un acondicionador o una mascarilla o tratamiento especial, saber qué le pasa a tu pelo. Si está falto de hidratación o falto de nutrición.

Es lo mismo que pasa con la piel. Erróneamente, muchas mujeres de piel grasa creen no necesitar hidratación, cuando son cosas distintas. Los lípidos van por un lado, los agentes que retienen la humedad natural, por otro. Solo juntos y en equilibrio la piel está sana (y, por ejemplo, sin rojeces ni irritaciones).

Pero volvamos al pelo. Cuando no se ve bien, está que no hay quien lo peine o se ha quemado tras un tratamiento muy agresivo, necesita ayuda.

Conviene saber qué necesita (es decir, qué le pasa) y, después, buscar el remedio. Que será hidratar o nutrir, dependiendo de cada caso.

Alberto Sanguino, director de educación de Llongueras, nos enseña a identificar cuáles son nuestras necesidades reales cuando vemos el pelo estropeado.

Cuando el pelo necesita hidratación

“Decimos que una melena necesita hidratación cuando, para entendernos, tiene sed”, argumenta Sanguino. Y así lo explica:

El cabello es higroscópico, Es decir, absorbe la humedad del aire en condiciones húmedas y pierde agua en ambientes secos. El objetivo de la hidratación capilar, pues, consiste en retener el agua que pierde el cabello, proporcionándole una humedad natural que le devuelva movimiento y flexibilidad.

¿Y cómo se hace eso?, te estarás preguntando. El experto nos lo aclara: Los cabellos se hidratan desde el exterior, a través de sustancias humectantes que les aportan agua y es importante que ese agua se retenga en el interior.

Motivos para hidratar el pelo

Cuando el pelo tiene sed suele ser porque se ha provocado un daño: Agresiones externas como un exceso de luz solar, el viento, abuso de herramientas de calor…  El daño suele ser leve, pero es necesario restaurar el agua que se va perdiendo a raíz de estas exposiciones diarias. Ojo con una hidratación excesiva, ya que puede aportar peso al cabello, por lo que este perderá movilidad.

Dale un tratamiento hidratante si notas el cabello encrespado, opaco, difícil de peinar y de desenredar.

Tratamientos hidratantes son los acondicionadores específicos y mascarillas hidratantes. Estos productos actúan formando una barrera en la fibra capilar que retiene la humedad que hay dentro de la fibra.

Cuando tu pelo necesita nutrición decimos que es porque tiene hambre. Las proteínas y lípidos son unas grasas naturales que se encuentran en la estructura del cabello y se encargan de nutrir y dar brillo a este punto para reparar el daño que se causa en la fibra capilar hay que utilizar tratamientos que penetren, es decir, trabajar desde el interior (córtex).

Cuando tu pelo necesita nutrición

“Decimos que el pelo tiene hambre (y necesita que lo nutras) porque ha sufrido un daño tras una decoloración o coloración, después del uso de químicos fuertes, después de abusar de herramientas térmicas, permanentes o después de tratamientos de alisado”, apunta el director de educación de Llongueras.

¿Cómo es el cabello que necesita nutrición?

Tiene las puntas abiertas, está quebradizo, fosco, poroso, áspero al tacto. Y todo aquel que haya sido tratado químicamente o que abuse de las herramientas de calor.

Para nutrir el pelo en casa se pueden usar líneas de cuidado que contengan champú y mascarilla nutritiva, o hacer algún tratamiento de nutrición casero con aceite de argán, aceite de almendra o manteca de Karite. Todos estos productos reparan en el interior y sellan la cutícula.