Contratar a un maquillador en la era COVID • Guapísimas

Aunque la lectura de este post te pille en pleno chiringuito o mirado una puesta de sol en la sierra, pronto llegará la rentrée. Con ella, la nueva temporada de bodas. Puede que, incluso, de comuniones postpuestas por el confinamiento y algún que otro bautizo.

Es probable que, para alguno de estos eventos, contrates a un maquillador. Conocidas las normas de higiene y seguridad que rigen la nueva actividad de salones de peluquería y centros de estética, conviene saber cómo debe actuar un profesional del maquillaje para mantener la distancia social y evitar cualquier riesgo de contagio.

Para saber cómo lo haría un maquillador acostumbrado, además, a trabajar con modelos exigentes y celebrities, escuchamos los consejos de Roberto Siguero, National Makeup Artist de Lancôme, que lo tiene muy estudiado y lo ha enseñado a todos los maquilladores de la firma.

Normas de higiene y seguridad para maquiladores

Porque, aunque un puesto de maquillaje ha sido siempre un lugar donde la higiene se ha mantenido a raya, el momento actual exige algunas precauciones hasta ahora no previstas.

Por ejemplo, la desaparición total del uso de manos y yemas de los dedos. También, la ayuda a de una paleta de pintor y, por último, una serie de complementos desechables que hacen más segura la aplicación de maquillaje en zonas tan comprometidas (pensando en COVID) como son los ojos y la boca.

Ahora mismo, usar los dedos para maquillar no es posible. Para todas las aplicaciones hay, bien un pincel, bien una borla o aplicador desechable. Las manos ni siquiera se usan como superficie para tomar o mezclar producto, como hemos hecho siempre”, explica Roberto Siguero, que añade: “Las medidas son estrictas para que el producto vaya del envase a la piel de la modelo a través del pincel, sin entrar en contacto con nada más”.

¿Quieres saber qué medidas deberás exigir a cualquier maquillador que contrates a partir de ahora? Sigue leyendo las astucias de un maquillador en tiempos de COVID:

Material de un maquillador en era COVID

  1. El maquillador tendrá puesta una mascarilla durante todo el proceso.
  2. Las manos y los pinceles, limpios y desinfectados.
  3. Y una botellita de gel hidroalcohólico y un spray de alcohol isopropílico siempre a mano para, en cualquier momento, limpiar cualquier pincel o producto antes de cogerlo.
  4. Cada juego de pinceles es para una sola persona y, antes y después de usarse, se lavan con un jabón especial y se desinfectan con el alcohol mencionado.
  5. Para evitar que el producto esté expuesto y entre en contacto con el aire y las personas implicadas en la producción, Roberto prefiere los envases airless, con dosificador. De esa forma, evita tener que introducir el dedo en el envase para tomar el producto.
  6. Una placa a modo de paleta de pintor: Es metálica, esterilizable, allí deposita la cantidad de maquillaje necesaria y de ahí la toma con el pincel, sin pasar por la mano.
  7. Al aplicar la base, no se usan los dedos. Tampoco el dorso de la mano para mezclar correctores o suero con base de maquillaje. Los productos fluidos como suero, hidratante, base de maquillaje y corrector se depositan desde el dosificador a la placa y de ahí se toman con pincel.

FOTO: Lancôme

Para matificar, polvos en un tisú. Para no tener que meter la brocha o borla dentro del envase de polvos sueltos, Roberto deposita una pequeña cantidad en un tisú y, desde ahí, los coge con una borla lavable o un algodón desechable.

¿El pincel va y vuelve a la sombra, al colorete, a la polvera? ¡No! En la placa también se dispone la cantidad justa para cada modelo de los productos en textura polvo, como sombras, colorete o polvos compactos. Para ello, una espátula similar a las paletas que usan los pintores. También Roberto se ayuda de gasas esterilizadas o tisús, con los que presiona la sombra o colorete y adquiere la cantidad de producto necesaria, que reparte con brochas y pinceles.

Al pintar los ojos, lo primero es que los lápices (de ojos, pero también de cejas o de perfilar labios) estén siempre como a estrenar. Para conseguirlo, la astucia es afilarlos con un sacapuntas limpio y desinfectado, usarlos una vez y volver a sacarles punta en caso de necesitar repasar algún trazo.

Maquillar las pestañas es uno de los gestos que más cambia en la era COVID. Al ser uno de los productos más fácilmente contaminable (por estar en contacto con la lágrima y otras secreciones oculares), es importante que el maquillador lleve varios gupillones desechables, que nunca meterá dos veces en el tubo. Es decir, carga uno limpio, lo usa en las pestañas de la modelo y lo desecha. Si quiere dar una segunda capa, lo hace con un gupillón nuevo.

Para pintar los labios, aparece de nuevo la placa. El maquillador raspa la cantidad que quiere y la deposita en la placa, desde donde la toma con pincel.

Si se trata de un brillo de labios, con el propio aplicador pone el producto en la paleta y lo aplica a la modelo también con pincel.