¿Llevo toda la vida lavándome mal el pelo? • Guapísimas

Puede que hasta ahora, por las prisas, estuvieras lavándote la cabeza de forma incompleta. Recuerda que para que el pelo esté brillante y fuerte, lo que tiene que estar cuidado es el cuero cabelludo.

Te sorprendería ver con una mini cámara como las que usan los tricólogos, la cantidad de suciedad acumulada que hay sobre la piel que cubre tu cráneo, incluso recién salida de la ducha.

Es importante aprender a lavar correctamente el pelo y un experto en la material, Adolfo Remartínez, creador de Nuggela & Sulé, te lo explica fácil y rápidamente.

Y, de una vez por todas, entérate: El pelo se lava tantas veces a la semana como sea necesario. No se ensucia más porque lo laves más ni descansa el cuero cabelludo porque lo laves menos.

Sigue la frecuencia de lavado perfecta. Si las condiciones de higiene lo permiten, lo ideal es lavarlo cada tres días. Si el cabello es muy graso, se puede lavar a diario con una sola dosis de champú”

Los 10 mandamientos de un lavado perfecto:

  1. Conoce, de una vez, tu tipo de pelo: fino, normal o grueso y decide qué beneficios quieres potenciar con el champú: brillo, hidratación, nutrición, volumen, caída del cabello…
  2. Comprueba que la formulación de tu champú no agreda a la piel ya que ésta puede reaccionar ante agresiones externas
  3. Cepilla el cabello antes del lavado para desenredarlo y prepararlo
  4. Antes de aplicar el champú, humedécelo con abundante agua tibia
  5. No apliques el champú directamente en el cabello, deja caer sobre la palma de la mano una pequeña cantidad, frota hasta emulsionar y aplícalo sobre el cuero cabelludo
  6. No te excedas con la cantidad de champú: es mejor trabajar bien la cantidad exacta
  7. Ten en cuenta el estado del cuero cabelludo es un gesto esencial, ya que es en esta zona donde podremos detectar problemas de grasa, caspa, mala nutrición o caída de cabello
  8. Trabaja el champú sobre la raíz, masajeando el producto durante al menos tres minutos. Además, de esta forma activas la circulación sanguínea, lo que mejora la nutrición de la vaina epitelial. Repite la aplicación dos veces: la primera como gesto de limpieza y la segunda como masaje
  9. Deja que el resto del cabello se limpie con la espuma que va cayendo por medios y puntas, sin añadir más champú
  10. Aclara con abundante agua templada y finaliza con agua fría para un extra de brillo

¿Has tomado nota de todos los pasos? Llévalos a cabo y notarás la diferencia. ¡Por una vez, la falta de tiempo no es una excusa!