Querido verano: ¡por fin has llegado! Y contigo, el bronceado. Con la piel encendida (sin quemar) es casi imposible no sentirse con el guapo subido. Y aunque todavía se vean un poco lejanas las vacaciones, con el maquillaje todo es posible.
¿Que todavía no has tenido oportunidad de tomar el sol? Pues no hay problema. Existe una solución muy fácil: los polvos bronceadores. Eso sí, olvídate de caretas y rostros artificiales; hoy en día existen fórmulas ultra favorecedoras para que los polvos de sol queden increíblemente naturales y bonitos. Todo lo bueno del sol, ahora, en tu neceser, ¡todos los meses del año!
Ante todo, naturalidad
Todas estamos de acuerdo en que con un poco de color nos encontramos más favorecidas; con la ventaja de que para lograrlo, ya no es necesario someter a tu cutis a intensas exposiciones al sol que, a la larga, dejarán manchas y envejecimiento prematuro en tu piel.
Basta con hacerte con los productos y tonos adecuados y seguir unas sencillas pautas, para lucir un rostro bronceado con un acabado natural súper favorecedor.
Los polvos de sol, bien utilizados, no persiguen un bronceado Miami de cero a cien en cinco segundos. De hecho, como más favorecen es en su versión natural, la técnica conocida como sun stripping.
¿No habías oído hablar de ella? Pues hoy es el día para desvelar todos los detalles de la técnica de maquillaje ‘efecto horas de sol’ sin el mínimo daño para tu piel.
Sun stripping, paso a paso
Tan solo necesitarás una brocha y extender los polvos, prestando especial atención en las zonas donde suele incidir el sol: frente, nariz, pómulos y mentón.
De no hacerlo así, sobre todo cuando todavía estás blanca como un folio, el acabado resultará artificial, y es justamente lo que queremos evitar.
Recuerda: el secreto para sacar todo el partido posible al bronceado a la hora de maquillarnos es aportar un tono como “besado por el sol” dando a nuestro rostro un aspecto bronceado natural y extremadamente atractivo.
¿Qué polvo de sol es para mí?
Con brillo, satinado, mate… El abanico de posibilidades es amplio. La clave es que en el momento de elegir el acabado de tu polvo bronceador, sepas qué efecto bronceado te gustará obtener como resultado final.
Para un look natural, perfecto para dar ese toque veraniego que tanto deseamos durante todo el año, lo mejor es el acabado satinado, que nos permite mantener un efecto luminoso en la piel, pero sin saturarla en exceso.
Si tienes la piel apagada o seca, has de evitar los acabados mate, que no harán más que empeorar o enfatizar tu problemilla. Apuesta por un acabado efecto brillo que actuará como reflectante. Y, sobre todo, aportará una luminosidad increíble a tu piel.
Para conseguir un bronceado contouring, efecto con el que se esculpen las facciones, lo ideal es decantarse por unos polvos mate. Ya que donde lo que se pretende es sombrear, no hay necesidad alguna de iluminar.
Cómo no excederse con los polvos bronceadores
Lo primero de todo: no desperdicies producto.
Muchas veces, sacudimos la brocha para deshacernos del exceso, pero si tomas la cantidad justa y necesaria, no tienes por qué hacer ese gesto que, a la larga, tu bolsillo agradecerá.
La mejor técnica es: Pasa la brocha una sola vez haciendo un círculo y da golpecitos con la base de la brocha (directamente con los pelos) en la tapa o espejo. De esa manera se integrará bien el producto y se descargará lo justo sin desperdiciarlo.
Nunca soples sobre la brocha. Aunque te brote como un acto-reflejo, podrías sin querer llenar de bacterias tu brocha.
Si crees que has cogido demasiado producto, es preferible que retires el sobrante de la brocha y repitas los pasos si es necesario.
Quiero un bronceado soft
- Con una brocha específica, aplica los polvos dibujando una W. Empieza en la sien, a la altura del ojo (por encima de él) y dibuja una curva descendente por debajo del pómulo.
- Sube hasta el entrecejo y repite en el otro lado. Después, difumina siguiendo el mismo trazado, haciendo movimientos circulares con la brocha.
Para un bronceado total
- Tomando siempre poco producto en la brocha, dibuja pequeños ochos en todo el rostro. Comienza por la raíz del pelo y la sien, descendiendo por el contorno de la cara para crear profundidad desde la frente hacia abajo, hasta llegar a la barbilla y continuando hacia el otro lado del rostro.
- Sin añadir más producto, dibuja con la brocha dos grandes ochos en la zona central de la cara para iluminar.
- Finaliza dibujando un triángulo en el cuello. Lo estilizará y alargará.
- Para terminar, difumina el color trabajándolo de manera circular y siguiendo el mismo trazo realizado al principio.
Un consejo top
Los pómulos angulosos son un must. Marca las zonas elevadas de tu rostro con polvos de sol. Tú misma podrás comprobar que es un gustazo cómo cambia tu expresión. ¡Buena cara al instante!