El cabello y la piel sufren los días de mucho viento, atenta a estos consejos
Levante, poniente mediterráneo y poniente atlántico. Si veraneas en alguna de las zonas costeras donde habitan estos vientos, seguramente te suene el panorama del que te vamos a hablar.
Además de ser un poco molesto, el viento fuerte cuando estamos al aire libre puede dañar cabello y piel sin que seamos conscientes de ello.
“Hay pacientes que dicen: si hay viento, el sol no quema tanto. Esto es falso”, señala la Dra. Lorea Bagazgoitia, dermatóloga, doctora cum laude en Medicina y autora del libro Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel (Plataforma Editorial 2018), que advierte que el viento nos ayuda a sentir menos el calor producido en la piel por la radiación infrarroja y, por tanto, estar más fresquitos, pero los rayos UV llegan exactamente igual a nuestra piel.
El riesgo de que el sol dañe nuestra piel o nos queme es el mismo, o incluso mayor, ya que puede que permanezcamos aún más horas al sol que si estuviéramos pasando mucho calor”, explica la doctora.
El viento, por si solo, sin presencia de sol (o sin demasiada presencia de sol), también afecta a la piel. Desde Singuladerm, advierten: El aire, si es frío y seco, le quita los aceites naturales a la piel, lo que provoca que la piel se irrite, situación que puede llegar a terminar con quemaduras por viento.
Los filtros solares crean cierta capa protectora contra el viento, pero lo ideal es usar un sombrero o gorra que corte sus embestidas sobre la piel.
Al llegar a casa, después de un día de viento fuerte, es importante limpiar bien la piel para retirar las partículas que hayan quedado adheridas y, a continuación, aplicar una buena capa de crema hidratante, si es posible que sea especial para pieles sensibles.
Quizá sea también útil usar algún aceite facial que pueda nutrir y mantenga, así, la hidratación y elasticidad de la piel.
En cuanto al viento, los expertos de Jean Louis David nos alertan de que nudos, encrespamiento y deshidratación son tres de las malas pasadas que el viento puede jugar a tu melena. Para sortear sus daños proponen varias estrategias, fáciles de seguir.
¿Qué hacer para que el viento no estropee tu pelo?
En los días de viento, no olvides los mimos al llegar a casa. Lo primero, cepíllate bien el cabello por la noche para eliminar el polvo y las partículas que el viento deposita en él. Después, lo laves o no, aplica una generosa capa de mascarilla capilar, deja que actúe y aclara bien.
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