Entérate qué le pasa a la piel que está bajo la mascarilla y por qué el invierno empeora la situación
Llevar mascarilla no es algo cómodo, eso está claro. A la dificultad para respirar, se une la posibilidad de que la piel que está debajo se resienta. Hasta hoy hemos hablado largo y tendido del maskné, o lo que es lo mismo, el acné que aparece en la zona cubierta.
Barbilla, línea mandibular y zona peribucal están llenándose de granitos, incluso en pieles que nunca los han padecido.
En este post te explicamos todo sobre esta nueva reacción cutánea al uso continuado de mascarillas, pero ¿pensabas que el maskné era el único efecto secundario?
Muy al comienzo de la pandemia, cuando comenzamos a usar mascarillas improvisadas, hechas con telas que teníamos por casa y no estaban claras las normas para su uso y limpieza correctos, empezamos a notar que la mascarilla nos irritaba la piel.
Incluso ahora, con telas y otros tejidos homologados, el llevarla todo el día –a veces con maquillaje debajo- nos provoca rojeces, irritaciones y eccemas. En verano, con el exceso de sudor y altas temperaturas crea un microclima, agravado por la poca ventilación de nuestra propia respiración que tampoco ayuda con los dos problemas cutáneos antes mencionados.
Pues bien, el problema en invierno no se acaba. Es más, se transforma (e, incluso, empeora). “La llegada del frío y el uso de las mascarillas traen un nuevo concepto a nuestra vida -y a nuestra piel- y seguro que ya lo estás experimentando”, apunta Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty.
Se trata, amigas, del maskestrés o maskstress. Con ayuda de este experto en cuidado de la piel, aprendamos cómo evitarlo. Él nos da un poco de contexto.
Nunca estuvo la piel tan estresada como ahora. Y la culpa se le puede echar a la pandemia. El uso de la mascarilla protectora obligatoria facilita que se cree un microambiente en el rostro que está caracterizado por un aumento de la humedad, de los niveles de CO2, de la temperatura y del número de bacterias y microorganismos procedentes de la boca y el sistema respiratorio.
“En contacto con nuestra piel, esta situación acarrea distintos problemas y los más usuales son la inflamación, la irritación las rojeces y el acné”, explica Catalá, que añade:
Lo que la piel ha vivido hasta ahora no es nada comparado con lo que viene”.
Con el descenso de las temperaturas el problema empeora, continúa el cosmetólogo, ya que cambiamos constantemente de ese microambiente húmedo propiciado por la mascarilla al calor seco de la calefacción al llegar a casa y retirarla. Por eso, ahora más que nunca hay que saber elegir la crema hidratante correcta. Es más importante que nunca y los ingredientes humectantes han de ser ahora los protagonistas.
Si te pierdes en el universo de los ingredientes humectantes, he aquí una guía de Pedro Catalá para que sepas identificarlos al ir a comprar una crema.
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