Siete trucos para quienes les cuesta meditar • Guapísimas

Siete trucos para quienes les cuesta meditar

Descubre qué puedes hacer para no distraerte, realizar la respiración correctamente y sacar todo el partido posible a esos minutos cada día

Guillaume Barathon y Charlie Rousset son dos emprendedores que, llevados por el agobio de no dormir bien, se lanzaron a inventar un gadget que les facilitara la vida.

Renunciando a todo el material que ofrecen apps y otros cachivaches compatibles con el móvil, prefirieron tomar el camino analógico y crearon un dispositivo del que ya te hablamos en una ocasión y que, además de dejarte K.O. para que duermas profundamente, te ayuda a llevar tus ratos de meditación diarios.

Qué es meditar

Si nunca has meditado (no meditación transcendental, sino respiratoria), no sabes lo que te estás perdiendo. “Está demostrado que meditar ayuda a reducir el estrés, a calmar la mente y a controlar las emociones”, explican Barathon y Rousset.

La práctica, que está muy extendida entre los convencidos del mindfulness, es sencilla pero requiere de cierto entrenamiento.

A quien vive subido a la lámpara todo el día, le cuesta infinito pararse para, simplemente, recrearse en la respiración. Pero justo ahí reside la magia del “aquí y ahora” y sus beneficios sobre las personas que sufren estrés y ansiedad”.

Hoy hemos recogido, con ayuda de los creadores de Morphée, el dispositivo analógico que te ayuda a dormir (y a meditar), los siete trucos para quienes piensan que nunca lograrán hacer bien su meditación. No te los pierdas.

Siete trucos para empezar a meditar sin que te cueste

Con este sencillo plan, cualquiera de nosotros puede iniciarse en esta técnica con la que empezaremos a construir una nueva energía interna que aporta beneficios a todos los niveles.

  1. Encontrar un lugar tranquilo es una de las claves para empezar a meditar: sin ruido, donde no nos puedan molestar durante un rato y no haya ningún tipo de posible desconcentración. Puede ser en el dormitorio o en un parque pero siempre desconectando los objetos que puedan interrumpir nuestra concentración (móvil, portátil, tablet…).
  2. Es básico llevar una respiración controlada para una relajación completa: Hay que concentrarse en la respiración y dirigir la atención al flujo de aire que entra y sale por la nariz mientras inhalamos y exhalamos. Una buena respiración, además de oxigenar mejor el cerebro, ayuda a mantener una buena postura.
  3. Elegir una postura cómoda: Lo ideal es la posición de loto (si te cuesta, puedes ayudarte de un cojín), pero también podemos estar sentados en una silla o sofá, incluso tumbados… Eso sí, siempre con la espalda recta, sin tensiones, que el cuerpo esté lo más relajado posible, especialmente los hombros y brazos, pero también los ojos, la boca, las manos, las piernas, los pies.
  4. Empieza poco a poco: al principio no tenemos que estar mucho tiempo meditando. Si es la primera vez, lo ideal es ir aumentando el tiempo a medida que nos vamos introduciendo en la práctica. Podemos empezar con tan solo 2-3 minutos. Al día siguiente 4, luego 5… e ir aumentando progresivamente el tiempo que le dedicamos hasta 8 ó 20 minutos, según la disponibilidad.
  5. Incluir la meditación en tu rutina: Dedicarle un momento del día es básico para familiarizarnos con esta práctica que nos ayuda a estar mucho más concentrados y mantener el estrés a raya. Podemos, por ejemplo, hacer meditación antes de irnos a dormir, ya que meditar, además, permite mejorar la calidad del sueño; o también por la mañana, para empezar bien el día, con energía positiva. Pero decidir cuándo encaja mejor en nuestro estilo de vida y ¡agendarlo!
  6. Tratar los pensamientos que nos desconcentran con aceptación: Es normal que surjan mientras meditamos y que nos desconcentren. Lo importante es aceptarlos, no intentar eliminarlos, no juzgarlos y volver a centrarnos en la respiración, puntos de apoyo de nuestro cuerpo, un sonido de la naturaleza, un paisaje tranquilo y calmante, una música relajante.
  7. Combina la meditación con sesiones de yoga y pilates para ir reduciendo progresivamente los niveles de estrés y ansiedad, y favorecer un mejor descanso: cuando ya incluyes la meditación en tu rutina, lo ideal es acompañarla de otras prácticas para potenciar un estilo de vida saludable que aparte lo máximo posible aquello que nos estresa. De esta manera, estaremos mucho más liberados y con el ánimo arriba.