Para maquillar, ¿hacen falta pinceles o bastan los dedos? • Guapísimas
Brochas o dedos para maquillar
Los maquilladores aplican muchos productos de maquillaje con la yema de los dedos - FOTO: All-about-fashion

Para maquillar, ¿hacen falta pinceles o bastan los dedos?

Los dedos ayudan a fundir, calentar y adherir pero sin pinceles no hay trazos, sutilezas ni estructura

Ni todo ni nada. Como en casi todo en la vida, para la correcta aplicación del maquillaje conviene situarse en el punto medio, donde reside la virtud. Ni empeñarse en comprar mil pinceles sin saber ni cómo se usan ni prescindir de ellos por considerarlos innecesarios, caros o complicados.

Además de cierta destreza y los productos adecuados, en maquillaje son necesarias algunas herramientas si se quiere un buen resultado final. Pero no hablemos del maquillaje como un todo. Ponerse pintura en ojos, boca, piel, supone contemplar muchos gestos diferentes, para alguno de los cuales hacen falta pinceles y para otros, no tanto. Sepamos cuándo viene bien aparcar la brocha y tirar de dedos.

SIN PINCEL NO HAY ESTRUCTURA

Cualquiera que lo haya intentado, ha podido comprobar que no es posible difuminar una sombra de ojos sin pincel. Tampoco se puede trazar un rabillo o perfilar unos labios con el dedo. Para hacer un sombreado de ojos muy estructurado, la yema también se queda corta.

Sin pincel no hay sutileza ni precisión. Intentar maquillar los ojos con los dedos es algo muy primitivo y suele traer consigo resultados inacabados y poco favorecedores, looks como de Norma Desmon en Sunset Boulevard. Si quieres dibujar la mirada con trazos suaves, refinados, mínimos, eso sólo es posible con la pincelería adecuada.

Además, si hablamos de sombras de ojos, los pinceles garantizan que la textura del producto, si es en polvo, permanezca inalterada y se funda correctamente en la piel. Hay una excepción en el uso de los dedos en el maquillaje de ojos: las sombras en crema o barra para hacer párpados en bloque o ligeros ahumados. En ese caso, pincel para lo empolvado y dedos para lo cremoso.

DEDOS EN PRO DE LA NATURALIDAD

A la hora de aplicar la base de maquillaje, el colorete y los iluminadores y correctores, a los profesionales les gusta defender que el maquillaje sea una prolongación de la persona, que quede empastado y no se vea dónde empieza y dónde termina. Para ello, nada mejor que los dedos porque la naturalidad es la gran baza del maquillaje sin pinceles.

La frescura es otra. Si quieres un resultado desdibujado, puedes empezar con un pincel y terminar con las manos ya que la piel emite calor y consigue fundir los tonos como no lo hará nunca un pincel. Los pinceles depositan el producto, más que adherirlo.

Los dedos permiten emulsionar con el calor de la piel, por lo que éste se adhiere por más tiempo. A veces, el producto aplicado con pincel se queda flotando sobre la superficie de la piel, mientras que si se imprime con los dedos, queda sellado.

Además, con los dedos se controla mejor el gestual y la fuerza que ejercemos sobre la piel. El tecleteo y las pequeñas digito-presiones ayudan a estimular la circulación sanguínea, algo que aporta siempre un tono muy favorecedor al rostro.

¿Qué gestos piden más el tacto? Según los maquilladores expertos, aplicar el colorete en crema, dar un toque de color en los labios o fundir el corrector anti-ojeras. También si el fondo de maquillaje es de textura muy ligera, es mejor los dedos porque se aplica casi como si fuera una crema hidratante y el resultado queda más natural e integrado con la piel. Si es un fluido espeso, es mejor una brocha.

 

CUANDO EL PINCEL ES INNEGOCIABLE

Hay productos que exigen una aplicación precisa con el pincel adecuado. He aquí la guía para no equivocarse; seis pinceles para seis productos:

  1. Si el fondo de maquillaje es líquido, necesitas una brocha “lengua de gato”. Esta permite depositar a pinceladas una película fina sobre la piel para un efecto muy ligero, poco cubriente. Habitualmente son de pelo sintético, el material ideal para las texturas fluidas.
  2. Con las bases de maquillaje espesas, lo mejor es una brocha tipo “mofeta”, con pelo largo, abundante y no demasiado tupido. Con ella se pueden hacer capas finas, una encima de otra.
  3. Las esponjas son geniales para conseguir un acabado fresco, pero ojo con usarlas para aplicar el fondo de maquillaje directamente porque con ellas es fácil desperdiciar producto. Son muy útiles para asentar algunos correctores.
  4. Cuando queremos difuminar un producto en barra o en pastilla, hay que hacerse con un pincel llamado “cortado”, cuyas cerdas están tupidas y cortadas en ángulo recto. Con él se obtiene mayor cobertura, ya que es capaz de tomar más cantidad de maquillaje y repartirlo presionando en círculos sobre la piel. Es válida para maquillaje fluido y también ¡muy importante! para maquillaje de polvo mineral.
  5. Los polvos son otra historia. Depende de si quieres depositarlos suavemente o si quieres un difuminado perfecto. En caso de querer difuminar unos polvos de sol o un colorete, lo mejor es una brocha de las llamadas “kabuki”, que permite realizar más cómodamente, gracias a su mango corto y su cabeza redondeada, los movimientos rápidos que exige el difuminado de este tipo de maquillaje.
  6. En cuanto a los polvos sueltos que se usan para matificar, como el objetivo es que el producto vuele por encima de la piel, cabe buscar una brocha gruesa, con el pelo suelto, que no acapare mucho producto y pueda abarcar grandes zonas del rostro de un golpe.
  7. Si se quiere un labio rojo perfecto, no se puede hacer con el dedo. Tras perfilar, se impone rellenar con un pincel especial.

3INA The Blush Brush (16,95€). Brocha biselada, de fibras largas y densas (sintéticas) para una perfecta aplicación sobre las mejillas de polvos compactos o sueltos, colorete e iluminador.

Enviar comentario