La magia del orden puede hacer que tu tocador irradie felicidad
Como pasa con la despensa, el trastero y los armarios, tener los cosméticos bien organizados facilita que puedas sacarles el mayor partido. El desorden y la acumulación pueden hacer que no veas lo que tienes.
Y todo aquello que no ves, no existe. Además, basta poner un día Netflix para comprobar que Marie Kondo es la reina de la televisión y ser ordenado está de moda.
Los expertos lo llaman organizar y lo entienden como “un acto físico, un trabajo que implica, por un lado, decidir si tirar algo o no y, por otro, dónde y cómo colocarlo”, lo define la japonesa Marie Kondo en su libro La Magia del Orden. Herramientas para ordenar tu casa… ¡y tu vida! (Aguilar, 2014).
La gente está poniendo orden en sus casas como camino para ser más feliz. Para dejar de consumir de forma irresponsable. Porque el caos es poco ecológico. Porque si no sabes dónde tienes nada, las cosas te caducan antes de haberlas usado.
En el tocador también se impone la magia del orden o método konmari. Por un lado, quedarse con lo justo, sobre todo con aquello que es realmente útil y te hace feliz y, por otro lado, encontrar un sitio para cada cosa.
Cabe preguntarse: en el cuarto de baño, ¿también hay cosas que debo tener a la vista porque me hacen feliz? ¿qué es importante dejar a la vista?
Para llevar a cabo el método: desechar, colocar, disfrutar es necesario un plan de acción: Primer paso, despejar baldas y cajones.
Tirar sin compasión todo lo que sospeches que está caducado (abierto hace más de 6, 12 o 18 meses, dependiendo del PAO que pone en el envase).
Donar, si está todavía en buen estado, los productos abiertos que no fueron demasiado bien a tu pelo o tu piel. Regalar cualquier gadget o pequeño electrodoméstico de belleza que haga mucho que no usas. No te engañes, si en dos años no ha salido de la caja, no va a ser ahora su momento.
Aquí Marie Kondo pincha en hueso porque en temas de neceser no es tan importante lo que te hace feliz como lo que cubre tus necesidades. Pero como somos de acumular y nos juntamos con tratamiento facial para cuatro caras (y solo tenermos una), repasa tu rutina real de rostro, cuerpo, maquillaje y cabello y cíñete a los pasos que realmente haces.
Separa los productos de belleza de uso cotidiano y los que se utilizan de forma esporádica.
No olvides los productos de cabello que usas fuera de la ducha, las herramientas tipo secador y las brochas de maquillaje. De esto último, todo lo que tengas repetido, lávalo bien y dónalo.
Artículos de baño como geles de ducha, esponjas, etc., mejor en la ducha, en una balda. Cuantas menos cosas mejor, para que la limpieza sea lo más sencilla posible y no se acumule polvo que, mezclado con la humedad, crea un espacio con aspecto sucio.
¿Lo básico? Jabón de cuerpo, champú, acondicionador y mascarilla, guante de crin, limpiadora facial al agua, acondicionador de cuerpo y jabón íntimo.
Útiles de higiene personal como tampones, compresas, pañuelos de papel, toallitas húmedas, salvaslips, algodones… organizados y guardaditos.
Busca un divisor para cajones y mételo todo sin hacer torres. Recuerda: la base de una buena colocación dentro del cajón es siempre una sola capa.
Si tus pestañas son cortas o escasas, ¡corre a buscar la tuya!
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