¿Filtro solar dentro de casa? • Guapísimas

Hace unos días hablábamos del posible déficit de vitamina D que puede sufrir tu organismo mientras no te da el sol y recomendábamos tomarlo con la ventana abierta unos minutos cada día.

No dijimos en ese momento que, aunque para fijar la vitamina D hace falta abrir la ventana, eso no significa que el vidrio no filtre rayos.

De hecho, los deja pasar. Al menos, si no todos, un alto porcentaje de ellos. Concretamente, de los rayos ultravioleta A.

Trabajar pegada a una ventana

A diferencia de los UVB, que son los responsables de la quemadura solar, los rayos UVA del sol broncean, llegan a niveles profundos de la dermis, pudiendo deteriorar el colágeno y la elastina. Son los grandes culpables de las manchas pigmentarias en la piel. En general, del fotoenvejecimiento. En última instancia, si hay daño celular, del cáncer de piel.

Cuando te pongas una crema con protección solar, aunque no vayas a salir, fíjate que sea de amplio espectro, es decir, que proteja de los rayos UVB y UVA. Se sabe porque en el bote hay un sello en forma de círculo con la palabra UVA dentro.

Reaplicar el filtro

“Para el uso diario, cuando vamos a la oficina, conviene aplicarse el protector solar después del tratamiento de cuidado facial y antes del maquillaje. En este caso -y siempre y cuando no seamos un fototipo especialmente sensible y no vayamos a estar en exposición directa al sol a lo largo de la jornada-, no sería necesario la reaplicación”, afirma Ana Gallego, farmacéutica y creadora de Sileä.

El problema viene si estás toda la jornada delante de una ventana por la que entra el sol (afortunada, tú).

Los filtros solares pierden eficacia a las tres horas o después de sudar o bañarse, así que si vas a estar todo el día frente a una ventana, no olvides reaplicar la crema. Si quieres, hay algunos productos que pueden usarse encima del maquillaje y son perfectos para estas reaplicaciones.

La luz azul

Aunque no existe un consenso en la comunidad científica sobre la forma de protegerse contra ella, muchos dermatólogos hablan ya de la necesidad de protegerse contra la luz visible (la luz azul) que emiten las pantallas.

Habida cuenta de la cantidad de horas que pasamos expuestos a ellas, conviene tenerlo en cuenta.

En el confinamiento, aunque no salgamos a la calle y, por tanto, no nos expongamos tanto a la luz ultravioleta e infrarroja que emite el sol, estamos más horas en casa, muchas veces frente a una pantalla: trabajando, consultando la actualidad en redes sociales, viendo la televisión, incluso haciendo ejercicio siguiendo una tabla por Youtube, o viendo a nuestros amigos o familiares a través de Zoom o Teams.

Desde Heliocare nos alertan: Si de media pasábamos casi 11 horas al día frente a pantallas que emiten luz azul, con la cuarentena ha aumentado esta cifra. Se han batido récords en consumo de televisión y también de uso de Internet.

La luz azul afecta a la salud ocular y provoca agotamiento mental.

“Además, esta luz azul artificial, emitida por los dispositivos digitales, penetra hasta las capas más profundas de la piel, lo que causa daño celular cutáneo y acelera el fotoenvejecimiento de la piel. La única manera de combatir esos efectos nocivos es hacer frente a esta radiación utilizando a diario un fotoprotector de amplio espectro”, recomiendan desde la firma española.

Los que no están de acuerdo con la teoría de proteger con fotoprotectores al uso, recomiendan, eso sí, dar a la piel antioxidantes en los sueros y cremas de uso diario. Vitamina C, resveratrol y ácido ferúlico son el patrón oro de los ingredientes antioxidantes.